“Se van a quedar con el cascarón, se van a desfondar”, decía AMLO hace algunos años al PRD cuando su Morena tomaba forma de partido político y la dirigencia del Sol Azteca se resistía a caminar con él en una tercera aventura en busca de la Presidencia esta vez para el 2018...

Fue entonces cuando Luis Miguel Barbosa abrió un amplio boquete al PRD para iniciar la desbandada hacía Morena; de esta forma el Sol Azteca se deshizo con este Ícaro poblano que no solo alcanzó el Sol -este sí- sino que lo desafió... El valor de Barbosa de romper con esa izquierda echada en la hamaca del Pacto por México fue notable, dormiría en el suelo morenista pero a cambio auguró la efervescencia de un movimiento que al tiempo lo instalaría en Casa Puebla, para convertirse en el primer gobernador emanado de la izquierda obradorista.

Político nato, como lo definió Jenaro Villamil en sus condolencias de Twitter. Hasta en su partida -dolorosa e irreparable-  Luis Miguel Barbosa operó su última jugada estratégica pues aunque el círculo político poblano se quiera reconfigurar en los cálculos que ya suponen el futuro sucesorio cercano, los PIPOPES (Pitonisos Poblanos Perfectos), saben que es un hecho -así parece- que la presencia del jefe del Ejecutivo Andrés Manuel López Obrador en el homenaje póstumo a Barbosa, es una señal de que el máximo líder político de este país no cerrará los ojos para que cualquier oportunista tome a mediano o largo plazo el proyecto de Transformación en el importante Puebla.

Si a nivel nacional se asoma el escenario posible en el cual una mujer pueda hacerse de la Presidencia de la República en el 2024 con la figura de Claudia Sheinbaum; en el estado de Puebla, ¡podría pasar lo mismo! La secretaria de Economía, Olivia Salomón, tiene la gran oportunidad de demostrarle a los poblanos que su talento como funcionaria y su cercanía -vital- abajo con la gente, la puede colocar ante una importante oportunidad para continuar el proyecto trasformador del presidente.

Mientras tanto, el impacto por la partida de un personaje como Luis Miguel Barbosa nos provoca una obligada reflexión acerca de la fragilidad de la vida, la misma fragilidad que tristemente acompañara el destino de Martha Erika Alonso y de Rafael Moreno Valle. Esa vulnerabilidad -tan democrática- que lo mismo envuelve a un joven que a un viejo, a un pobre o a un rico, a un ciudadano común o a un gobernante y es que  la tragedia no escapa a los protagonistas en el poder. Estamos viviendo historia, y como lo establece el slogan del Gobierno del Estado de Puebla: “Hacer historia, hacer futuro”... Ese futuro lo harán posible quienes tengan la decisión de intentarlo.

Descanse en paz Luis Miguel Barbosa Huerta.