Después de casi dos meses sin que la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) tuviera titular, se nombró en los primeros días de diciembre a Rafael Fernando Marín Mollinedo quien fungía como director del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, con esto se convirtió en el cuarto director del actual sexenio y segundo con la naciente Agencia.

Sin embargo, los señalamientos a funcionarios activos de la recién creada ANAM han crecido a través de diversas investigaciones periodísticas que se han realizado, tal es el caso de Felipe Solano Armenta, actual director General de Operación Aduanera, quien tuvo un paso fugaz por la primera Zona Naval (1-ZN) en ciudad Madero donde duró menos de 5 meses y fue destituido por supuestos malos manejos.

El director de Operación Aduanera ha logrado establecer una estrecha relación de favores con Roberto Farías Laguna y Fernando Farías Laguna, sobrinos del Secretario de Marina, Almirante José Rafael Ojeda Durán.

Los hermanos Farías, de acuerdo a una investigación hecha por El Universal, y distintos testimonios, son los encargados de la toma de decisiones sobre el ejercicio del presupuesto, y tienen injerencia en los ascensos, promociones, agregadurías y comisiones, bajo su control están las áreas de adquisiciones, obras, dragado, construcciones y abastecimientos, administración portuaria y fomento portuario.

El reto de Rafael Marín Mollinedo al frente de la Agencia Nacional de Aduanas, de acuerdo a la instrucción del presidente de la República, no es sólo una buena recaudación, sino continuar con la limpia de los elementos que contradicen el espíritu del movimiento morenista.