Con el Mundial 2026 en puerta y Nuevo León como uno de los anfitriones, el futbol no sólo se respira en las canchas, también inspira analogías necesarias en la política. Porque así como un técnico ajusta su equipo en los minutos clave para asegurar la victoria, un gobernador que quiere cerrar con fuerza su administración también necesita mover piezas con visión táctica. Y los que saben, recordarán que eso de guardarse los cambios al estilo de Miguel Mejía Barón en el Mundial de 1994, no dio el mejor resultado.
A tres años de gobierno, Samuel García realiza ajustes estratégicos en su gabinete, no por debilidad, sino por inteligencia operativa. Como un entrenador que cuida el marcador, fortalece sus líneas para evitar sorpresas en el cierre del encuentro. Y lo hace con la meta clara de consolidar su legado como el mejor gobierno en la historia de Nuevo León.
La salida de perfiles como Javier Navarro y Sofialeticia Morales de sus respectivas secretarías, aunque en distintos contextos, no representa una pérdida, sino una evolución. Ambos asumen roles de coordinación donde su experiencia ahora impactará transversalmente. Navarro, es el arquitecto del andamiaje jurídico de esta administración. Por su parte Sofialeticia, pilar en la transformación educativa del estado, encabeza el Legado Educativo, con el objetivo de expandir los logros alcanzados en primera infancia hacia la educación media y superior.
Los nuevos nombramientos no son improvisados. Miguel Flores llega con experiencia legislativa y operativa, clave para resolver el urgente tema de la movilidad en el Estado; A su vez Juan Paura aporta una visión académica robusta a la Secretaría de Educación; y Betsabé Rocha cuya trayectoria y compromiso, se suma a encabezar la Secretaría de Economía para apuntalar a las Pymes y a las mujeres empresarias en tiempos de incertidumbre global.
Estos cambios responden también al contexto, pues se acerca cada vez más el Mundial 2026 y con él, la presión sobre infraestructura, servicios y economía.
Ante eso, un gabinete ágil y con visión es fundamental. Como bien apuntan académicos como Peters (2018) o Hood y Lodge (2006), los ajustes oportunos en el equipo gubernamental son signo de eficiencia, no de crisis. Samuel no rehúye el balón. Juega al frente, abre el campo, arma la jugada y delega en sus compañeros los últimos toques para lograr más goles. Porque gobernar es como el futbol, no basta con anotar, hay que saber terminar el partido con el marcador a favor… y el estadio de pie.