“Se cosecha, lo que se siembra”
Frase de entendimiento universal
Circula en redes sociales y en noticieros el video en el que el doctor Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) derrama una lágrima durante su discurso sobre la situación en Gaza.
Esa lágrima de Tedros no fue de impotencia, como las que han derramando grandes hombres durante toda la historia, como por ejemplo Churchill cuando Hitler invadió Francia, tampoco fue de desesperación como la que derramó nuestro presidente José López Portillo durante su último año de gobierno (ver artículo de SDP Noticias del 12 de septiembre de 2022); esa lágrima derramada en la sede de la OMS detrás de los lentes del doctor Tedros, fue más bien, de desolación.
Sí, por esa desolación que está sucediendo en el mundo, sobre todo en los últimos 5 años, similar a la descrita en la Biblia después de la plaga de langostas terrestres en todo el imperio egipcio, y que ha sido subsecuente a todos los sucesos que han devastado a la humanidad, física y humanamente, valga la redundancia, incluyendo todas las pandemias y epidemias que ocurren, como las fiebres aviares, covid, viruela, dengue, malaria, el uso de fentanilo, el mal llamado turbo-cáncer, la misma obesidad, la enfermedad x, etcétera; también por tantas guerras, incluyendo la de Ucrania, la de Siria, la de Taiwán, la de Yemen, la de Pakistán, la de Sudán, y la de Gaza; por los temblores que cada vez son más graves, como los de Turquía, Siria, Afganistán, y Japón; y por los huracanes e inundaciones también cada vez mas potentes, incluyendo a Otis. Otro hecho que está causando desolación universal son los malos gobiernos en todos lados, de lo cual no voy a ahondar mucho por ahora.
Y las lágrimas brotan al analizar toda ésta desolación, por el sentimentalismo que se genera al pensar, que la gran mayoría de los sucesos que han causado dicha desolación, han sido humanamente prevenibles, y/o, atenuantes.