Muchos de los ahora cincuentones que nos tocó conocer al Superman de Christopher Reeve, con el fondo musical de John Williams, nos remontamos al pasado donde los malos eran malos pero eran un poco bobos y los buenos eran súper poderosos. Quizá en las películas de los 70’s y 80’s no había el tono dramático que hay en las de ahora y se deshumanizaba con toques de racismo. Solo basta recordar las películas de Disney o las canciones de Cri Cri que ahora estarían mas que “baneadas”.

Confieso que he visto la película de Superman actual dos veces. Una para satisfacción del niño ochentero que necesitaba asomarse un poco y otra para estar con la familia. La disfruté tanto que la vería una tercera vez. Honor que solo tienen las películas de Star Wars y las de Volver al Futuro. Es una película con un montón de detalles en los que James Gunn ha logrado cautivar a muchos de los “supermanistas” de la vieja guardia.

A los chavorrucos no nos había tocado ver a un Superman que fuera golpeado y abucheado, al menos no en la pantalla grande. No recuerdo a ningún Superman que hubiese sido abucheado por las personas y que tuviera sentimientos humanos. Superman siempre representaba la perfección de la rectitud y el hacer las cosas bien. Siempre fue un inalcanzable y como eso, se pudiera decir, difícil de imitar.

El Superman de Gunn es mas humano, aun con sus superpoderes. Tiene a un perro adoptado que no entiende, se molesta y busca salvar a todos sin importarle salir lastimado. Busca la justicia, aunque los sistemas sociales piensen que no es tan justo lo que están haciendo. Y sin querer queriendo (dixit Chespirito) muestra como ven a muchas personas que lo quieren hacer bien y que no son bien vistos.

Me gustó la película, me gusto ver un Superman más humano. Me gustó ver que, aunque tiene todo para ganar, también puede perder. La caracterización de Lex Luthor fue fantástica, la maldad calculada con el tiempo y cómo poco a poco tenía todo controlado hasta que llegó el factor humano que lo sacó de lo fríamente calculado. Dice en algún momento Luthor: “la mente le gana al músculo”, pero al final el corazón le ganó a ambas.

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Solo porque tiene unas escenas un poco fuertes para un niño pequeño no se la he presentado a mi hijo más pequeño, pero todo el mensaje me ha gustado. Luchar por las personas, cuidar a todo ser viviente y querer que todo este bien dentro de lo posible.

El Superman humano me gustó y sus “debilidades” lo hacen más cercano. Gunn acerca un poco más al emblema de DC Comics a la humanización y con eso puede que haga que se identifique con más personas como lo hacen los de Marvel donde todos los superhéroes tienen un problema social fuerte y por lo tanto los hacen más humanos.

Si tiene oportunidad de ver la película, hágalo. A mí me sirvió para desconectarme un par de horas de la realidad y sentir que podía volar.

¡Ánimo!