¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame sacarte la astilla del ojo”, cuando tú mismo no te das cuenta de la viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano.

Lucas: 6:42

Uno de los temas a los que más recurre en su discurso el compañero presidente Andrés Manuel López Obrador, es el de cuestionar los lujos y pasatiempos de los políticos que son sus adversarios, desde sus aficiones o celebraciones, como bodas, hasta sus propiedades en el extranjero, yates y aviones privados y, claro, de aquellos que tienen su dinero en paraísos fiscales.

El discurso le ha resultado tan redituable que, ya en la exageración, lo llevó a la tribuna de la ONU en Nueva York el pasado 9 de noviembre.

Con un detalle, que la boda del ahora extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) Santiago Nieto, que se registró el sábado en Guatemala no pasó inadvertida y, aparte de tirar por la borda el halo de bondad y austeridad, confirmó la doble moral de AMLO y la 4T.

De hecho, del enlace poco o nada se hubiera sabido, de no haber sido por el error de cálculo de una funcionaria del gobierno de la CDMX que viajó a todo lujo en el avión privado del dueño del periódico El Universal; este cometió errores al declarar que traía consigo más de 35 mil dólares en efectivo.

Si esto no hubiera pasado, nada se habría sabido, aunque lo curioso es que AMLO estaba invitado, por lo tanto, tenía pleno conocimiento de la celebración. Cuando fue cuestionado, respondió:

“Sí, pero yo pues no puedo porque tengo muchas ocupaciones, y además no acostumbro a hacerlo. Me invitan, y les agradezco mucho, pero no salgo, a veces ni a comer o a cenar a un restaurant”.

Si sabía de la boda de su colaborador, ¿por qué no le recomendó que se acogiera al supuesto Código de Ética de la 4T y a su “Constitución Moral”?

Puede ser que el compañero Andrés aprendió a medias la lección, porque hay que recordar que como presidente electo asistió a la boda de César Yáñez, uno sus más leales colaboradores quien contrajo nupcias con una exitosa y millonaria empresaria originaria de Puebla. En la boda amenizada por Los Ángeles Azules, AMLO y una buena parte de su gabinete, vestidos para la ocasión, degustaron langosta y champaña. Después y ante las críticas que se suscitaron, AMLO solamente comentó: “no me casé yo”, “cada quien es responsable de sus actos”.

“Las bodas malditas” como ya algunos las han denominado, han sido un verdadero show de simulación, venganzas e hipocresías.

Otra boda, la de la hija de Juan Ramón Collado, uno de los abogados más importantes del país, reunió a buena parte de los adversarios de AMLO, contra los cuales la 4T descargó su ira. Aquí el recuento de qué pasó con algunos de los asistentes a esa lujosa boda:

El padre de la novia, Juan Collado está en la cárcel acusado de lavado de dinero; a Alfredo Del Mazo le hallaron 1,6 millones de dólares ocultos en Andorra; Eduardo Medina Mora, fue obligado a renunciar como ministro de la Suprema Corte de Justicia tras ser investigado por la UIF porque presuntamente, se le encontraron acciones de empresas que no fueron transparentadas en sus declaraciones patrimoniales, y fue acusado por la Fiscalía por lavado de dinero.

No son iguales, son peores

Quien sustituyó a Medina Mora fue la ministra Jazmín Esquivel, aliada de AMLO, la misma que lo defendió por las irregularidades detectadas en los segundos pisos que construyó José María Riobóo en la CDMX. Riobóo, asesor de AMLO y responsable del proyecto del aeropuerto de Santa Lucía, es el esposo de ministra; la pareja Riobóo, por cierto, estuvo presente en la boda del extitular de la UIF.

Las bodas de la 4T han sido de época, exactamente como las de otros sexenios. Vicente Fox se casó con Martita Sahagún y, como cena de boda, aprovechó una visita de Estado del entonces presidente de España José María Aznar, quien no podía creer que lo usaron para darle brillo a una pachanga matrimonial. O la boda ilegal, desde el punto de vista de la iglesia católica, de Peña Nieto con la Gaviota.

Por cierto, tanto Fox como Peña terminaron muy sus sexenios por problemas de sus parejas: el primero por las acusaciones de corrupciòn contra los hijos de Marta y el segundo por la casa de Angélica RIvera.

¿Cómo terminará la 4T por sus bodas fifís? No muy bien a juzgar por el comportamiento de otros de los funcionarios del círculo cercano de AMLO, como Julio Scherer, Manuel Bartlett, Jorge Arganis y el senador Armando Guadiana Tijerina, recientemente aparecieron en los Pandora Papers con importantes fortunas en paraísos fiscales. No cabe duda de que los factores que unen a la 4T, son la simulación y la complicidad.

En fin, casarse a todo lujo no es buena idea si se es político austero. Pero, qué digo, casarse tal vez no sea buena idea en ninguna circunstancia, pero como quiera que sea, ¡que viva el amor!, tal como lo han expresado los novios de Antigua, Guatemala.