Quizás algunos de los usuarios más asiduos de redes sociales ya han sido testigos del surgimiento de imágenes, utilizadas por el momento principalmente para crear memes, retratos o paisajes de todo tipo, que circulan desde hace unos meses en redes sociales, con hashtags relacionados con Inteligencia Artificial, o IA, por sus siglas en inglés.

Con la salida al público en general de Stable Diffusion, la semana pasada, cualquier persona con acceso puede utilizar estos modelos complejos, basados en análisis de cientos de millones de imágenes, para generar imágenes muy cercanas a la calidad de un artista profesional.

La dinámica es muy sencilla: mediante una descripción de la imagen deseada, detalles de la misma y el nombre de algún o algunos artistas que se busque emular, este programa y otros conocidos cómo Midjourney y DALL-EAunque.

La tecnología está apenas en sus inicios, ya existe una interesante discusión entre las personas que abrazan los avances de este tipo y los artistas profesionales que podrían ver amenazados sus ingresos ante la posibilidad de que personas con la habilidad de escribir descripciones precisas.

Cómo cada que surge una nueva tecnología, existirá una curva para adoptarla y una transición al uso cada vez más común de las mismas. Los detractores de este tipo de tecnologías señalan amargamente que si ahora les toca a los ilustradores y eventualmente a los fotógrafos, la inteligencia artificial eventualmente alcanzará a los escritores.

La realidad es que, por más que avancen este tipo de tecnología y se adopten por personajes que busquen ahorrar centavos en la dinámica ya moribunda del capitalismo neoliberal, la creatividad humana nunca morirá.