El 22 de mayo de 1903, en la oficina de patentes de los Estados Unidos de Norteamérica, los hermanos Wright registraron su aeroplano. Sin embargo, deben ustedes saber, aunque sea como dato curioso e histórico, que no fueron los primeros, sino que hubo “varios más”, aunque se acepta creer que los pioneros en la aviación son estos hermanos norteamericanos.
Y es que podemos hablar desde el mítico Ícaro, quien al huir -junto con Dédalo, su padre- de la Isla de Creta, armó unas alas mezclando cera y plumas, pero que voló tan cerca del sol, que sus alas terminaron derritiéndose.
El hombre siempre ha soñado con volar; por eso podemos decir que la industria aérea se ha fincado con base en los sueños. Quiero que se imaginen a finales del siglo XIX, la movilidad de grandes cantidades de personas se realizaba por medio de trenes de pasajeros en la vía terrestre, y por vía marítima en grandes barcos.
Volar era otro tema. Aunque ya desde el siglo XVIII los hermanos Montgolfier inventaron el globo aerostático, considerado como un divertimento para las clases altas, jamás se visualizó como un medio masivo de transporte.
Se considera que el ingeniero y pionero aviador francés Clement Ader fue quien inventó el primer avión, una máquina impulsada por vapor. El 9 de octubre del 1890, de forma totalmente descontrolada y errática, voló en un “Éole” a una altitud de 20 metros, en 50 metros de trayectoria.
A tal grado es la importancia de este personaje que la fabricante de aviones francesa Airbus le puso su nombre a una de sus salas de ensamblaje en su sede en Toulouse, Francia.
La aviación se ha ido modificado a través de la historia. Las primeras aeronaves tenían una cabina abierta y máximo podían ir dos personas a bordo. Durante la Primera Guerra Mundial, entonces llamada la “Gran Guerra”, fue la primera vez que la aviación formó parte de los equipos bélicos de los ejércitos.
Estos aviones volaban a baja altitud, y seguramente saben de un avión que junto con su piloto fueron muy famosos: Manfred von Richthofen, piloto de la fuerza aérea alemana, mejor conocido como “El Barón Rojo”. Su proeza fue derribar más de ochenta “enemigos”, a bordo de su Albatros D.V., de la fabricante Albatros Flugzeugwerke.
Fue hasta la Segunda Guerra Mundial que los aviones comenzaron a tener cabinas presurizadas, y esto al final, varios años después, coadyuvó a que en la fabricación de aeronaves comerciales también se presurizaran.
Pero es un hecho, si con ojos históricos vemos el nacimiento de la industria aérea, los pioneros de finales del siglo XIX y principios de XX, jamás se imaginaron cuánto iba a crecer y sobre todo la importancia de la aviación en pleno siglo XXI.
Ayer justamente platicaba de un concepto que me parece fundamental que la gente lo tenga muy en cuenta en la actualidad: la aviación no es ese transporte de “fifís”, sabemos que si buscamos métricas de cuánta gente viaja en avión, por ejemplo en nuestro país, la cifra es reducida, no obstante, en la actualidad la industria aérea nos beneficia a todos, volemos o no.
La gran mayoría de los ciudadanos -de una forma u otra- nos vemos beneficiados por la conectividad aérea. Simplemente porque se utiliza el famoso e-commerce; todos alguna vez hemos comprado en línea, y los productos han llegado del extranjero, o has adquirido medicamentos en una zona rural, los cuales llegaron al país por avión.
Traslado de órganos para trasplantes, repatriación de cuerpos, importación de alimentos diversos, frutas, verduras, carnes, flores, pero también aparatos eléctricos, electrónicos, ropa, medicamentos, insumos médicos, tan solo por nombrar algunas de las cosas que llegan en avión a nuestra nación.
Vueles o no, de forma indirecta te ves beneficiado por el transporte aéreo, que no solo se reduce a trasladar pasajeros de un punto a otro, pues la carga es vital dentro de la industria aérea.
Y voy a hablar justamente de esto, porque sobre todo en redes sociales, los expertos en todo y nada suelen comentar sin tener el conocimiento necesario y critican mucho a esta industria. No se entiende cómo funciona y muchas cosas que creen que son arbitrariedades por parte de las aerolíneas, son simplemente medidas de seguridad para los propios pasajeros.
Hay quienes creen y están convencidos, eso es lo peor, que la aviación no es una industria primordial para el desarrollo de México, ignorando cuánto aporta esta industria al Producto Interno Bruto (PIB), y descartan sin más el hecho de que hay un potencial maravilloso, solamente hace falta darle un buen espaldarazo.
Es más, utilizan el teléfono inteligente para encontrar “argumentos” de que es falso que la aviación sea importante, y niegan por todo lo alto que el transporte aéreo sea una industria prioritaria, pero lo más probable es que con un equipo de telefonía móvil, que llegó por vía aérea; sí, en un avión comercial.
Hoy esta industria sigue cambiando, buscando ser lo menos contaminante posible. Por ello busca nuevos combustibles, nuevas energías para mover las aeronaves, desarrollando tecnología que permita que los vuelos sean incluso menos agotadores para los pasajeros.
Por eso, es debemos considerarla una industria que permite soñar con un sinfín de probabilidades. Aunque existen proyecciones que nos dan una idea, no sabemos a ciencia cierta cómo será la aviación dentro de 20 años. Se los dice alguien que ha visto la evolución vertiginosa de la industria aérea, alguien que no pierde la oportunidad de conocer y seguir aprendiendo de esta materia que, además de apasionante, llega a ser adictiva.