El pasado 17 de septiembre fue recordado, entre algunos círculos académicos, el nacimiento del general José Tomás Mejía Camacho, una figura destacada en la historia del México del siglo XIX. El lector recordará, en este tenor, que Mejía participó contra la invasión estadounidense, en las Guerras de Reforma y en la Intervención francesa.
Sin embargo, para infortunio de la memoria del militar, Mejía combatió al lado de las fuerzas conservadoras, a saber, aquellas que se opusieron a la revolución liberal de hombres como Benito Juárez e Ignacio Comonfort, y que apoyó con las armas al imperio de Maximiliano de Habsburgo. Ello le valió, al igual que a otros personajes como Félix Zuloaga o Miguel Miramón, el desprecio de los gobiernos liberales, y con ello, ser echados al basurero de la historia nacional. Murió fusilado en el Cerro de las Campanas, en aquel dramático día de 1867, al lado del archiduque austriaco y del propio Miramón.
El caso del general Mejía es ilustrativo hoy frente al discurso divisor del presidente AMLO . Mientras éste busca sembrar y explotar la polarización nacional mediante sus narrativas cargadas de diatribas contra los criollos conservadores, ensalza la figura de personajes como Juárez; no únicamente por el talante liberal del oaxaqueño, sino por su origen indígena.
Tomas Mejía, a diferencia de una parte importante del grupo conservador, no era criollo ni mestizo, sino nacido en el seno de una familia otomí en Pinal de Amores, Querétaro. En contraste con sus correligionarios, Mejía no formó parte de aquella élite ilustrada que tuvo fácil acceso a la educación y a las ideas. Por el contrario, a semejanza de Juárez, tuvo un complejo rumbo ascendente, y fue capaz, a la postre, de forjarse una exitosa carrera militar al servicio de la nación.
El caso de Tomás Mejía muestra al discurso lopezobradorista que el respaldo y la lucha en favor de las ideas conservadoras, tales como le defensa de la religión católica, de la monarquía y de la herencia española, no son exclusividad de la élite criolla que buscó perpetuar las desigualdades económicas existentes durante el periodo colonial.
¿Merece Tomás Mejía algún homenaje por parte del presidente AMLO? ¿Podrá ser perdonado por su participación en las guerras contra los liberales? ¿Será recordada su gesta heroica contra los invasores estadounidenses? ¿Será el general algún día reivindicado por su origen otomí? ¿Cabe Mejía en el discurso de la cuarta transformación?