Este viernes, el presidente Joe Biden señaló en conferencia de prensa que las familias estadounidense están en una mejor posición que en fechas pasadas en el aspecto económico.

Según Biden, la economía estadounidense, que se contrajo un 1.4% en su PIB durante el primer cuatrimestre de este año, está en tan buenas condiciones que las familias de su país “tienen menos deuda” y “han aumentado sus ahorros, en promedio”.

Aparentemente Biden, o las personas que le escriben sus peroratas, no escuchan el sufrimiento y el enojo de gran parte de la población estadounidense, que, de plano, ya no puede con los altos precios de los combustibles, que en algunas ciudades, alcanzan precios de más de 8 dólares el galón de gasolina y más de 9 el de diésel (¿recuerdan cuando el diésel era la opción más “barata” que la gasolina? Yo tampoco). Prácticamente 50 pesos por litro de combustible. (Agradezcan que en México gobierna AMLO y no el PRIAN, porque si no, andaríamos igual, o peor que nuestros vecinos).

Las cuentas de Biden no coinciden con la realidad

Las cuentas alegres de Biden no coinciden con la realidad, ya que desde el inicio de la pandemia el uso de tarjetas de crédito para pagar deudas por parte de los consumidores norteamericanos se ha incrementado de forma, notable, además de que instituciones como la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), han informado que cada vez más norteamericanos están estresados por problemas de índole económico.

El cinismo de Biden y sus asesores llega a tal grado, que en su discurso siguió en la línea de culpar al presidente ruso Vladimir Putin de los aumentos en los precios de gasolina y combustibles, no a las pésimas decisiones de la élite gubernamental de Estados Unidos, de imprimir dinero ficticio y de despilfarrar decenas de miles de millones de dólares en armar neonazis en Ucrania, cuando en territorio norteamericano no se puede ni conseguir fórmula para bebés.

Las cuentas alegres del gobierno demócrata probablemente duren un par de años más, pero el colapso económico que se avecina para ellos, es inminente.