El primero (Ramírez) ha sido un periodista de primer nivel y ahora tiene un cargo de la mayor importancia en el gobierno de México, portavoz del presidente AMLO. El segundo (Sheridan) es un comentarista más bien del montón que escribe sobre temas culturales en El Universal.

¿Por qué un personaje mayor de la política debe responderle a un comentócrata menor? Porque Guillermo Sheridan ha acusado a Jesús Ramírez del delito intelectual de plagiar, palabra que el Diccionario de la lengua española define como “copiar obras ajenas, dándolas como propias”.

Sheridan ha adquirido cierta fama acusando de plagio a algunas personas conocidas. Es decir, como no es capaz de escribir nada que valga la pena, se gana la vida buscando errores en los escritos de otros. En Google averigüé que él ha acusado de plagiarios al fiscal general Alejandro Gertz Manero, al escritor Sealtiel Alatriste y a la columnista de Reforma Guadalupe Loaeza.

Ahora, en El Universal, Guillermo Sheridan señala a Jesús Ramírez porque presume que el vocero del presidente plagió su artículo “Gilberto Bosques, el Schindler mexicano que desafió a los nazis”. Según Sheridan, Ramírez copió a un periodista de El País, Daniel Verdú, ¡¡¡y al senador Ricardo Monreal!!!

No sé qué tan buen escritor sea el señor Verdú, pero Monreal definitivamente no lo es. Quien sí ha sido un referente en el periodismo cultural es Ramírez. Este dato de su biografía debería ser suficiente para que él respondiera con toda firmeza al columnista de El Universal.

Más obligado está Jesús Ramírez a defender su honor intelectual porque ya no es solo un profesional del periodismo y la escritura, sino el vocero del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Conozco la trayectoria de Ramírez y lo considero incapaz de plagiar a nadie. Estoy seguro de que una explicación hay y la dará. Y, así lo espero, dejará en ridículo al columnista del diario propiedad de Juan Francisco Ealy Ortiz.