Hoy amanecimos con 51 nuevos presidentes municipales en Nuevo León. Los ciudadanos elegimos alcaldes que tomarán decisiones en nuestro nombre. Lo que esperamos es que implementen políticas inteligentes, diseñadas para brindar servicios de excelencia a la comunidad, con recursos limitados.

Como nunca antes, necesitamos líderes relevantes, auténticos, con visión de futuro, que comprendan las complejidades de gobernar en tiempos de incertidumbre y cambio.

¿Cuáles son algunas de las cualidades y características que son vitales en un presidente municipal? Liderazgo, astucia política, habilidad administrativa, capacidad de atraer inversiones, empleos y turistas. Pero un alcalde exitoso necesita ir más lejos.

Tiene que ser:

1. Honesto.

Un alcalde sin integridad no merece la confianza del público. Un buen alcalde sólo debe prometer lo que puede controlar.

2. Buen constructor de vínculos.

Debe establecer buenos lazos de comunicación con el gobernador, con otros alcaldes, con su equipo y con la comunidad. La falta de respeto, el desprecio y los ataques personales socavan el buen gobierno. El fracaso de uno es el fracaso de todos.

3. Jugador de equipo.

La gente votó por una persona, pero quiere que trabaje en equipo. Aunque el alcalde defienda sus ideas y posiciones, debe mantener la mente abierta y constructiva para escuchar y entender la posición de los demás integrantes de su equipo. No debe ser autoritario ni dominante. Sí debe debatir, respetar y apoyar las decisiones que se tomen. El interés personal nunca estará por encima del bien común.

4. Maduro.

Debe tener la piel lo suficientemente gruesa para resistir las críticas y los puntos de vista de la oposición. Mantener su compromiso con la comunidad, aceptar la disidencia y nunca reaccionar de forma exagerada. La inteligencia emocional exige que entienda las intensas emociones de los demás.

5. Accesible.

El alcalde debe escuchar, comprender, analizar preocupaciones, ideas y perspectivas. Se espera que sea accesible a la comunidad, por todos los medios, tradicionales y modernos. Siempre debe recordar que la decisión que tome hoy le debe permitir tomar una decisión mañana.

6. Preparado.

El alcalde debe estar siempre preparado, física y mentalmente. Las decisiones siempre son difíciles. Debe investigar, leer y analizar antecedentes antes de hablar.

7. Conocimiento financiero.

Como responsables de la formulación de políticas, el alcalde debe comprender la información financiera básica y ser capaz de evaluar los presupuestos y estados financieros. Debe comprender las consecuencias de sus propuestas y decisiones financieras.

8. Buena capacidad de comunicación.

El alcalde necesita saber persuadir y convencer para dirigir una ciudad. Es quien orienta a la comunidad. Debe comunicar una visión de futuro. Debe tener buenas habilidades de comunicación, especialmente la capacidad de escuchar. Un buen alcalde inspira a otros. La gente quiere involucrarse y ser parte del esfuerzo.

9. Habilidades de gestión y liderazgo.

Un buen alcalde aborda con sabiduría todos los temas, aunque sean impopulares. No debe tener miedo de abordar los problemas que afectan a la comunidad independientemente de qué tan difíciles sean. El alcalde define la dirección y su equipo debe tener la habilidad de implementar el plan. No puede introducirse en el terreno de la microgestión. Necesita capacidad de delegación y confianza en su equipo.

10. Pasión por la acción.

El que planifica sin implementar no es un líder. Demasiados alcaldes dedican tanto tiempo a la visión que al final no logran nada. La visión brinda esperanza, la planificación logra participación, la acción es la que produce resultados. Y un alcalde es juzgado por los resultados.

En suma, esperamos un alcalde digno de confianza, honesto, ético y compasivo.

· Que comprenda lo vital que es el desarrollo económico.

· Que negocie y trabaje para diseñar y ejecutar políticas que permitan que nuestra comunidad prospere.

· Que tenga una visión para fomentar la unidad y la colaboración en nuestra comunidad.

· Que tome decisiones difíciles.

· Que sea un gran comunicador.

· Que siempre se rodee de personas inteligentes y talentosas que reflejen su visión para nuestra comunidad.

Se ha escrito mucho sobre liderazgo político. Y si revisamos las principales publicaciones, podemos llegar a conclusiones muy concretas sobre los líderes:

1. Son conscientes de sí mismos.

Los líderes efectivos se enfocan en desarrollar y fortalecer su inteligencia emocional. Los que trabajan para refinar esta cualidad son más adaptables, resilientes y aceptan los comentarios de los demás. También escuchan con eficacia y son abiertos al cambio.

Los líderes exitosos se enfocan en el panorama general, evitan distracciones y no se empantanan con los pequeños detalles tácticos. Establecen límites entre su vida personal y profesional. Se mantienen conscientes de sus fortalezas, debilidades y cualquier fuente potencial de influencias que puedan afectar su pensamiento y toma de decisiones.

Los buenos líderes realizan permanentemnete autoevaluaciones y buscan los comentarios de su equipo. Establecen objetivos de mejora medibles e identifican áreas donde tienen espacio para crecer. Aceptan que las cosas pueden salir mal. Esa anticipación los ayuda a responder con efectividad. Son reflexivos para no empeorar, aún más, una situación difícil.

La autoconciencia y la humildad son primordiales para el liderazgo. Cuanto mejor se comprenda el líder a sí mismo, y reconozca sus propias fortalezas y debilidades, más eficaz podrá ser. Los líderes de hoy necesitan la capacidad de abordar desafíos complejos de formas nuevas e innovadoras.

El líder debe aprender a aprender. La agilidad de aprendizaje es la capacidad de saber qué hacer cuando no sabe qué hacer. Los grandes líderes tienen una gran capacidad de aprendizaje.

2. Se enfocan en desarrollar a otros.

Los líderes eficaces delegan, entrenan y asesoran a su equipo. Saben cómo ser asertivos y amables al mismo tiempo. Fomentan el pensamiento estratégico, la innovación y la acción. Mantienen una mentalidad flexible y siempre están dispuestos a probar nuevas ideas. Se concentran en el futuro, comprenden que el cambio está ocurriendo a su alrededor y mantienen una perspectiva positiva.

Delegar es una de las responsabilidades centrales de un líder, pero puede ser complicado delegar de manera efectiva. Los mejores líderes generan confianza con los empleados para poder delegar de manera más eficaz.

La empatía está correlacionada con el desempeño laboral y es una parte fundamental de la inteligencia emocional y la eficacia del liderazgo. Tratar a las personas con respeto a diario es una de las cosas más importantes que puede hacer un líder.

Estar agradecido puede conducir a una mayor autoestima, reducir la depresión y la ansiedad. La gratitud incluso puede hacer mejores líderes.

Una comunicación eficaz y mejores conversaciones entre el líder y su equipo pueden mejorar la cultura organizacional.

3. Son éticos y cívicos.

Los líderes fuertes consideran las consecuencias éticas de las decisiones que toman, tanto para los ciudadanos como para sus equipos. La honestidad es la mejor política. Cuando los líderes son honestos con sus colaboradores, son correspondidos con más confianza y toda la organización opera con integridad.

Los líderes modernos son abiertos, transparentes y auténticos. Sus equipos siempre saben lo que obtienen del líder sin importar las circunstancias. Perciben las emociones que están experimentando los miembros de su equipo. Reconocen a los que están teniendo éxito y animan a los que luchan para ser mejores. Nunca reprenden a los miembros del equipo, ni en público ni en privado. Asumen la responsabilidad de sus errores y esperan lo mismo de los demás.

Después de leer detenidamente todas las habilidades que esperamos de los líderes políticos, podemos darnos cuenta de que los nuevos alcaldes no tendrán un trabajo fácil. En muchos sentidos, su tarea será ingrata. Muchos de ellos tienen otras cualidades como el carisma y sentido del humor. Algo les ayudará.

Javier Treviño I Twitter: @javier_trevino