Una de las promesas de campaña de AMLO fue acabar con la corrupción y la impunidad: dos lastres que han decidido frenar a través de la modificación al artículo 72 del marco constitucional y de una propuesta que pone en igualdad de condiciones en la procuración de justicia en caso de que amerite un castigo en la llamada Ley de Juicio Político.

Se acaban los políticos intocables

Esta Ley de Juicio Político tiene su origen: acabar con las contradicciones institucionales y eliminar, de una vez por todas, esa alta probabilidad de que los servidores públicos eran intocables permaneciendo siempre bajo la sombra de la impunidad que desataba el conflicto de intereses.

Por ello, es un resultado histórico. Políticamente un triunfo significativo. El proyecto se aprobó con 106 votos a favor, cero en contra y ninguna abstención.

El recurso legal se materializó y– por fin– se impondrán sanciones en base a delitos cometidos por cualquier funcionario, inclusive el propio Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. Con ello, y una vez que se aprobó– se pondrá fin a la injusticia– y a la espiral de privilegios, así como a la opacidad.

Vale la pena hacer un paréntesis en la manera que se operó el asunto en el recinto de la Cámara Alta porque, de esa forma, no solo se facilitó, sino encontró una concordancia entre las fuerzas de oposición para que, el tema, no fuese a otras instancias de controversia. Entonces, éste es el verdadero contexto: la ley se legitimó en base al diálogo y al consenso que apuntaló Ricardo Monreal.

De hecho, días antes describió la importancia y el esfuerzo que había que imprimir; fue una tarea titánica. Se argumentó. En teoría parecía compleja; sin embargo, a pesar de todo, la acción constitucional era tan necesaria que, para construir ese acuerdo, era inminente una estrategia de coordinación y organización de su máximo exponente en la Cámara Alta.

A favor de esa acción, salió de nueva cuenta el senador Ricardo Monreal.

Intuyó desde un principio la viabilidad del tema y, con sagacidad, logró consolidarla. De ese modo, capitaliza nuevamente los reflectores de la prensa; viene de una gira por algunos puntos del país donde acompañó a la toma de protesta de algunas figuras muy cercanas a él, incluyendo a su hermano David Monreal, hoy gobernador de Zacatecas.

Ese factor es sumamente clave para hacer crecer su capital político, sobre todo en Zacatecas y Baja California.

Pero metámonos de lleno otra vez al tema.

Finalmente se aprobó la Ley de Juicio Político

De hecho, fue el propio partido de Morena el que se adueñó del proyecto.

Y es que sabedores de que por fin la democracia y el fortalecimiento de las instituciones ha avanzado a pasos agigantados, crece la fe de la ciudadanía. Por fin se terminará la irresponsabilidad cometida por cualquier funcionario del gobierno y de los organismos autónomos.

Nadie podrá estar encima de la ley; quien cometa cualquier perjuicio o se enriquezca con alguna actividad ilícita o, a expensas del erario público, será sometido a la justicia y castigado.

Siendo así, el panorama que se avecina será a partir de la Ley de Juicio Político y declaración de procedencia sea publicada en el diario oficial de la Federación para efectos legales.

Esto significa que habrá un gran avance para la democracia; se podrá medir en cualquier circunstancia y bajo todo prejuicio, a todo aquel que viole la constitución.

Por supuesto que nada que ver con los gobiernos anteriores. Hoy por hoy, el poder ejecutivo y legislativo ha cargado con esa responsabilidad; su única consigna ha sido, como en estos tres años, dar certeza a un auténtico proyecto de Nación.

Prueba de ello es el abanico extenso de proyectos e iniciativas que ha sacado adelante la cámara de senadores. Una y otra vez han puesto sobre la mesa todos los recursos posibles para cumplir con la llamada Cuarta Transformación; se han encargado conscientemente en la medida de los tiempos– de concretar los grandes cambios que el país necesita.

Esto era una urgencia en la procuración de Justicia. Se necesitaba una respuesta inmediata a tanto atropello y acto de corrupción; por años fuimos sometidos a la ignominia; faltó quien llevará a cabo esa igualdad de condiciones que siempre fue letra muerta, aunque, muy pronto, será una realidad ante la desigualdad que, por décadas, cargamos los mexicanos con ese lastre.

La sociedad demandó equilibrio. El eco se escuchó en todo el país. Basta de tanta impunidad política; se ha diseñado una Ley de Juicio Político y, en vísperas de que sea publicada y entre en vigor, responde al clamor del pueblo que grita justicia.