Sin figuras, sin propuestas atractivas para la gente, sin futuro, sin rumbo. La lastimera oposición de México se ha convertido en la oposición del “No”.

Carentes totalmente de un plan medianamente viable, con sus principales referentes del capitalismo neoliberal, Estados Unidos y Europa al borde del colapso económico, energético, sanitario y social, el “carro de payasos” en que se ha convertido la alianza PRIANRD únicamente atina a hacer propuestas lastimeras de destrucción poco creativas.

Ya sean Claudio X. González Jr., Gabriel Quadri o el chico De la Madrid, todo su “plan de gobierno”, por llamarlo de alguna manera, consiste en la destrucción del Nuevo Aeropuerto, en la destrucción y privatización de la Refinería de Dos Bocas, en la destrucción del Tren Maya.

No traen nada. No proponen nada. No buscan mejorar nada. Su ideología únicamente representa rapacidad, colonización, miseria y muerte y lo saben. De alguna manera u otra, pero lo saben.

Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador, con dos años y medio de gobierno restantes, se prepara para cerrar a tambor batiente.

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A cuatro años de su triunfo de las urnas, en pleno día del ingeniero como un guiño más que obvio a los encargados de la realización de esta magna obra, AMLO da pie al inicio de la primera fase de la Refinería Olmeca.

Se trata tan sólo de una de las muchas metas prometidas y cumplidas, en mayor o menor medida, por este gobierno. Mientras la administración de Biden se prepara para un posible escenario “catastrófico” de un barril de petróleo a 200 dólares y Europa se sume en una crisis energética, México tendrá asegurado el suministro energético durante los próximos años.

Hoy se celebra un doble triunfo y la oposición ultraderechista de México seguirá sumida en el autosabotaje y la irrelevancia. “Hal tienpo”.