Yo creo que ganamos todos.

MORENA ganó once de las quince gubernaturas que se disputaron.

La oposición ganó en la Ciudad de México y obtuvo mayor presencia en el Congreso.

El propósito primordial de la coalición opositora desde un inicio era obtener al menos 167 curules para bloquear los embates contra la Constitución desde presidencia. Se logró. Este triunfo evitará la continuación del desmantelamiento institucional y acabará por conformar un contrapeso real en el Legislativo.

Al final terminará por materializarse la limitación al poder por la que millones votaron. Ganó la ciudadanía.

En relación con cómo legislará la oposición, es simple: obligará al presidente y al oficialismo a buscar acuerdos y negociar. A ser políticos, y no caudillos. Mientras las iniciativas tiendan a favorecer al país se buscará el consenso. Pero lo importante es proteger la democracia y nuestros organismos autónomos, defender al país del autoritarismo.

Hoy ya se quejan quienes anticipan que la estrategia de la oposición en la Cámara de Diputados será el rechazo y la negativa lisa y llana por consigna a cualquier iniciativa del oficialismo. No creo suceda. Pero, ¿y si así fuera, qué?

Olvidan que cuando los oficialistas eran oposición así legislaron. Siempre.