¡Qué bonita familia la del expresidente de Honduras, Mel Zelaya, y su esposa, actual presidenta, Xiomara Castro! Pues recientemente se difundió información que evidencia que la misión de Zelaya cuando estaba al mando era nada más y nada menos que hacer del país punto de tránsito clave para el tráfico de estupefacientes e incluso, un centro de cultivo para sustancias como la cocaína.

Grabaciones entregadas por un informante a inicios de 2023 a medios hondureños, demuestran que los rumores sobre sus posibles nexos con redes delictivas se acercan mucho a la realidad. Lo más alarmante es que Zelaya trabajó para convertir al estado en un área de cultivo y agencia de tráfico, y muestra de ello es la facilitación de permisos agrícolas federales para las actividades ilícitas de uno de los cárteles más conocidos en México: el de Sinaloa, que buscaba llegar a Venezuela y utilizaba a Honduras como punto de conexión.

El poder político debe servir al pueblo y no a todo aquello que amenace al pueblo, como lo es la delincuencia y los grupos de criminales que al amparo de la corrupción envenenan con droga al continente.