Desde el principio de la administración que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se comentó -no de forma particular, sino abiertamente- que la Cuarta Transformación sería una manifestación social que, a través del gobierno en el poder, mejoraría los canales de comunicación para fortalecer la política internacional en aras de optimizar no sólo la relación en tratados internacionales, sino ser un motor de cooperación para buscar alternativas de desarrollo y crecimiento económico.

Esto, por supuesto, implica esfuerzos de participación. México es, hasta ahora, un país que ha demostrado nuevas formas o estilos para los grandes desafíos en políticas públicas que son, por mucho, una tarea conjunta tanto para nuestro territorio como para otras naciones.

Así, México experimenta una relación que ha traído confianza entre los inversionistas extranjeros; tal es así que la labor del presidente Obrador y los trabajos de la Cancillería son vistos con buenos ojos. Por ello, al tiempo que el mandatario afianza su administración en los primeros lugares a nivel mundial como líder, las puertas siguen acaparando acercamientos a fin de configurar un acuerdo comercial a raíz de los nuevos desafíos que enfrenta México y la Unión Europea.

Entre esos componentes están -por la trascendencia del rubro- en calidad de asuntos de carácter integral, es decir, no sólo acotarlo a los proyectos de iniciativas privadas que den viabilidad para potencializar la economía en el país, sino sea la palanca o el motor en el trato de la paz global; en ese marco, hay puntos medulares como migración, fortalecimiento de la democracia, derechos humanos, cuidado del medio ambiente y combate a la violencia que ha sido, hasta hoy, una situación que han decidido encarar con distintos países.

De hecho, hace unos días, representantes del Parlamento Europeo visitaron la sede de la Cámara Alta. Fue una situación provechosa porque ha dado, de entrada, un atractivo panorama en la consolidación de un México democrático que sentó las bases para abrir las puertas de desarrollo no sólo con América, sino que también con todo el mundo.

Estamos hablando de un poderoso bloque comercial como la Unión Europea. Imagínese lo que constituyen los beneficios de alcanzar un acuerdo de esa naturaleza. Estos días se ha dado el primer paso de la construcción que demuestra, por mucho, la voluntad de acceder a una relación comercial con las superpotencias y es, en una realidad palpable, la llave de acceso que puede ser catalogada histórica.

Hay canales de comunicación pero, con la política eficaz más aún cuando los propios legisladores del país han demostrado responsabilidad, el sentido alcanza un vínculo que anticipa buenos dividendos de una nueva política comercial en una etapa clave de solidez de los poderes de la nación que ha hecho visible el desempeño del ejecutivo y de quienes han marcado la pauta a través del Legislativo con reformas constitucionales o proyectos que, sin duda, traerán efectos que por razones de desarrollo y progreso serán el pivote de intercambio comercial y mejor aún, con toda una esquema integral que fueron algunos de los temas que abordaron.

De hecho, habló el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado y dijo que hay coincidencias y puentes que sostienen mecanismos y herramientas para dar el siguiente paso y ampliar, en esa lógica, un acuerdo comercial innovador y vanguardista con mutuos intereses, pero con gran sentido de responsabilidad humana.

Hay que darles el reconocimiento a los senadores de Morena y a su líder. Asimismo, resaltar como han señalado los especialistas, que estamos en presencia de una nueva etapa que alberga el compromiso social como bandera de la Cuarta Transformación de la vida pública del país.

Javier Lozano en Twitter: @JavierLozanoMor