Golpe de Estado: es la toma y destitución del gobierno y los poderes de un Estado. Se trata de una toma ilegal del poder por parte de una facción política, un político, una secta, un grupo rebelde o un militar.

¿Qué es un golpe de Estado técnico? ¿Qué dijo y que quiso decir el presidente al declarar que, con sus resoluciones, la SCJN pretende dar un golpe de Estado técnico? Textualmente, estas afirmaciones del presidente de la República han sido las más fuertes acusaciones de un poder público a otro, dichas en la actual administración. ¿Cuáles serán sus consecuencias?

Las palabras tienen peso y las palabras dichas desde el poder tienen doble peso. Decir “golpe de Estado”, aunque se le agregue el adjetivo de “técnico”, trae a la memoria tristes recuerdos de la historia de nuestra aún joven república. Desde la revuelta que intentó Nicolás Bravo en contra de Guadalupe Victoria, hasta la traición de Victoriano Huerta a Francisco I. Madero, que abrió la etapa más intensa de la Revolución Mexicana, nuestro país sabe de golpes de Estado, incluso de autogolpes de Estado, como el que Ignacio Bustamante protagonizó en contra de su propio gobierno. Luego hablamos de las dictaduras en la década de los años sesenta y los años ochenta en naciones latinoamericanas como Chile, Argentina, Uruguay y Brasil.

Estos hechos de nuestra historia perturbaron la paz, confrontaron a los mexicanos y tuvieron un saldo de sangre. No sé y no quiero saber, si los actuales titulares de los poderes, iniciando con el presidente de la República, tendrían el temple, el valor y la fuerza para enfrentar una crisis de tales magnitudes.

El presidente se pasó en sus palabras, no rectificará en el discurso, porque forma parte de su estrategia política en la última parte de su gobierno; sin embargo, en los hechos el presidente ha acatado las resoluciones del máximo tribunal del país. La ruta que trazó es correcta: ganar los dos tercios de ambas cámaras del Congreso de la Unión el próximo año, porque se circunscribe a la lucha democrática.

Una cosa es que AMLO polemice o no esté de acuerdo con las decisiones de los otros poderes y otra muy diferente que invoque a los demonios del pasado. No pronunciemos el nombre de las bestias que no podemos domar.

Es verdad que la oposición decidió impugnar mediática y jurídicamente todas las decisiones del presidente. Claro que quieren frenarlo, quieren derrotarlo, pero no derrocarlo. El presidente necesita paciencia y serenidad, porque en junio y julio se viene una lluvia de resoluciones de la SCJN adversas.

AMLO necesita fortalecer su equipo jurídico. Necesita una consejera o consejero jurídico con conocimiento del derecho, pero sobre todo con fuerza y carácter para ponderar las propuestas que haga el titular del Poder Ejecutivo.

En México no hay y no habrá un golpe de Estado por tres razones: a) la institucionalidad de las fuerzas armadas; b) la no reelección, desde Álvaro Obregón a la fecha nadie ha intentado perpetuarse en el poder, y c) desde 1988, la oposición, primero de izquierda y ahora de derecha, han encausado su lucha por medios legales, pacíficos y democráticos. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.