Los últimos partidos de la selección mexicana han dejado al desnudo las carencias de México en lo referido al objetivo más importante dentro de un campo de fútbol: el GOL, que no por nada viene dicha palabra de GOAL (= meta en inglés). Ante la desafortunadísima falta del goleador mexicano del momento, tanto en la Premiere league británica cómo en Selección mexicana, Raúl Alonso Jimenez, por su difícil trance después de una fractura de cráneo en desafortunada jugada, por lo cuál tuvo que ir al quirófano y no sólo peligro su carrera deportiva sino su vida misma, hoy las más que deficientes actuaciones de los emergentes Pulido, Henry Martin e incluso Antuna, “9s” (delanteros centro) naturales se hace indispensable la nacionalización “fast track” del argentino avecindado en México y que juega para los Rayados del Monterrey, Rogelio Funes Morí, que es un hecho jugará desde este verano con el conjunto nacional cómo jugador “naturalizado”, ante la ausencia de futbolistas que no tiemblen de miedo frente a la portería rival; tan triste, cómo cierto.

Y es que el DT nacional, el argentino Gerarto “Tata” Martino, tiene razón en cuánto a que se puede, eventualmente, habilitar a Hirving “El Chucky” Lozano cómo delantero, aunque eso desperdicie las principales características virtuosas del habilidoso jugador que limita en el Napoles de Italia.

Luis “El Chapo” Montes (este jugador en medio campo), Javier “El Chicharo” Hernandez y Carlos Vela

Pero mucho más razón tiene Martino, en no volver a convocar a tres extraordinarios futbolistas mexicanos, sin duda entre los cinco mejores al día de hoy: Luis “El Chapo” Montes (este jugador en medio campo), Javier “El Chicharo” Hernandez y Carlos Vela, y es que estas tres ‘vedettes’, se negaron en repetidas ocasiones a asistir a las convocatorias a selección, siendo esto un hecho ominoso e inexplicable, porque a nivel mundial, cualquier futbolista, en el nivel que sea, tiene cómo principal anhelo ser partícipe en sus combinados nacionales, y no de contentillo, cómo lo han hecho Montes, Hernández y Vela. Que esto ha de hacer las veces de un ejemplar precedente, para las generaciones de futbolistas que vengan por delante; jugar en Selección nunca es para siquiera pensarlo, menos para tolerar un NO rotundo una vez (o más) y después escuchar a los mismos jugadores decir “yo si quiero ahora participar en los próximos juegos olímpicos”, cómo en su momento, de forma cínicamente soberbia, externaron Carlos Vela y Javier Hernández, respecto a la justa olímpica venidera a celebrarse en Tokio.

Osea que bienvenido sea Funes Morí, como antes lo fueron otros extranjeros nacionalizados en Selección, y que desoladoramete muestra el argentino más ilusión y constancia por ser parte de la selección mexicana, que los ya citados Hernández, Montes y Vela; así, en el peor de los casos, se fracase en Qatar 2022, por una eventual falta de definición ante  el arco rival, pero se habrá sentado un importantísimo e inédito precedente para todo jugador mexicano que sea convocado por su seleccionador en un futuro, y que así esté en los cuernos de la luna, se piense una y mil veces las consecuencias de decir un NO por caprichitos, y que dimensione el tamaño del honor de representar a todo un país en el deporte más importante del mundo. Todo lo anterior, subrayando el hecho de que nuestro país será sede del campeonato mundial 2026, junto con nuestros socios comerciales, Canadá y los Estados Unidos.