Argentino de nacimiento, Mauro Camoranesi llegó al fútbol mexicano muy joven, tan sólo con 19 años cumplidos, al Santos Laguna de Torreón, dónde sólo milito en la temporada y torneo (aún eran largos) 1995 - 1996, teniendo regularidad y mostrando, sin duda, ya su temprana calidad cómo centro campista. De ahí, volvió al cono sur, a las ligas de Uruguay y Argentina, hasta que en 1998 regresó a México, ahora fichado por uno de los clubes con mayor peso específico: el Cruz Azul; en ‘La Noria’ participó hasta el año 2000. En total, en México participó en 88 partidos de liga, anotando 22 goles (uno con Santos, 21 con Cruz Azul).

Ahí Mario Carrillo, auxiliar técnico de Luis Fernando Tena, le vió más características y potencial goleador, tan es así, que ya fuera del equipo cementero, en 1999, al quedar Carrillo brevemente a cargo de la selección nacional mayor, para un partido de esta contra Ecuador, por alguna indisposición del D.T. titular, Manuel Lapuente, el primero llamó a Mauro, con la abierta intención de convocarlo a jugar con el combinado mexicano dicho encuentro, ya que había completado sus trámites y adquirido la nacionalidad mexicana; no se dió el que jugara para México, ya que había en ese entonces varios ‘9s’ (delantero centro) consagrados, cómo los dos Luises (García y Hernández), Ricardo Peláez y Carlos Hermosillo.

Emoezando en presente Siglo, Camoranesi fué contratado en la SERIE A italiana, primero con el Hellas Verona (2000 - 2002), y luego por el gigante a nivel mundial, la Juventus de Turín, dónde militó hasta el 2010, ganando ahí un total de cuatro títulos. Fué en su paso por la JUVE, dónde se dió su convocatoria a la selección italiana, obviamente ya estando también nacionalizado italiano, dónde su trayectoria fué siempre ascendente, y que de ahí en adelante ya no dejó de formar parte de ella, sino hasta el año 2010, dónde jugó su segunda copa del mundo, en Sudáfrica; en la anterior, celebrada en Alemania (2006) fué parte fundamental, titular indiscutible durante los siete partidos, hasta llegar a la gran final, disputada contra Francia y coronándose así, la escuadra azzurra, cómo campeona del mundo, con 426 minutos en total dentro del campo de juego. Participó en un total de 55 partidos oficiales con el combinado, anotando incluso cinco goles.

Actualmente es Director Técnico, siendo timonel en un equipo de la primera división de Eslovenia, en Europa de nuevo, si, habiendo también ya tenido un paso por el fútbol mexicano, viejo y entrañable conocido pára el, en su también Patria, dirigiendo a los Coras de Tepic (2015) y a los Cafetaleros de Tapachula (2016 - 2017).

Como este ejemplo nos lo deja claro, nuestro fútbol está lejos de tener el paupérrimo nivel que periodistas deportivos, ya con olor a naftalina, como Fernández y. Faitelson, se empecinan en vociferar; estamos, desde 1986 y gracias, en gran medida, al legado del servio Velibor ‘Bora’ Milutinovic, dentro de los diez primeros países con mejor nivel en ese deporte, el más popular del planeta; comunicadores cómo esos, no son ya sino un lastre pára el deporte mexicano, ya que es anacrónico que los niños y jóvenes escuchen vituperios a un fútbol, el nuestro, que no es (ni de lejos) la porquería que ese par de acomplejados analistas del fútbol pretenden endilgarle a nuestro país. Yo recuerdo muy bien incluso una entrevista al mismo Camoranesi, dónde relataba cómo tuvo una acalorada discusión en Italia, con un alto directivo de la Juventus, con respecto a la mucho mayor calidad que tenía, en ese caso el Cruz Azul mexicano frente a cualquier equipo italiano, eso debería habernos quedado muy claro a todos desde hace mucho, porque al no ser así, es un indudable factor mental que juega en contra de México en todo torneo internacional: el no pasar el famoso “quinto partido” en los mundiales, es tan sólo un síntoma que esos señores causan, que parecen haberse quedado en los tiempos de Don Fernando Marcos.