La cumbre de la CELAC 2021 ha sido noticia en todo el mundo, fui testigo de ver encabezados en medios españoles, norteamericanos, franceses y australianos, todos vimos el entusiasmo expresado por el líder del gigante chino, Xi Jin Ping, ante la posibilidad de lo que fue el espíritu mismo de dicha reunión: el formar un bloque entre los estados de la región, con miras a encontrar áreas comunes de oportunidad y crear sinergias; círculos virtuosos, que es lo que a este subcontinente le hace falta, y lo que le sobra: taras propias de una mentalidad aún colonizada, que difícilmente superaremos, y que se vieron reflejadas en la reunión cumbre de la CDMX; la parábola de la cubeta de los cangrejos siempre puede más que cualquier intento de unidad hacia objetivos comunes, a diferencia de ejemplos exitoso cómo la Unión europea, y China, que es de igual tamaño a un continente.
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La cubeta de los cangrejos, dónde cada uno quiere salir por su cuenta, no sólo pasando por alto el hecho de que si no es mediante una estrategia conjunta habría éxito, no, sino prefiriendo jalar hacia el fondo de la cubeta al semejante que está por lograr su cometido de salir; la cotidianeidad que se vive en nuestros paises en las oficinas privadas, las públicas, en la politica, en el periodismo, y prácticamente en todos ámbitos de nuestra vida diaria. Y sin extenderme más, tan sólo me limitaré a un puñado de ejemplos relativos a la reunión multilateral en cuestión:
- A nivel de los paises, la egoista salida de Brasil del organismo, sumado al caso de Chile.
- A nivel de los Presidentes y/o cancilleres, representantes asistentes, los casos de Uruguay, Paraguay y Venezuela, dónde los Presidentes, más que abonar a las iniciativas e ideas, lucieron su protagonismo con temas fuera de lugar y contexto pára la ocasión, ensuciando la reunión con agendas egoístas y propias, que si bien esta se mostró franca y plural, expresar dichos puntos, no fué otra cosa sino esteril sumado a la evidente pérdida de tiempo.
- Periodistas, políticos de oposición y tuiteros, tanto en México cómo en el resto de lo los países de AL, que lejos de desear el éxito de la cumbre y traducirse en instrumentos y acuerdos supranacionales que abonen a la salida de la miseria en la que viven tantos millones de sus habitantes, no mostraron más que su mezquindad y egoismo, todo ello, con algo tatuado en la mente: el AQUI MÁS VALE JODERNOS TODOS, QUE SALIR ADELANTE UNIDOS; descalificaciones, llegando al nivel de lo absurdo y ridículo, fué lo que sobró; el intento de “llevar agua a molino propio”, una regla y no excepción.
En fin, América Latina se ve lejos, muy lejos de comprender el hecho que la dinámica global actual lleva el camino de la integracion, tipo la UE y el bloque T-MEC. Más factible lucen expresiones anacrónicas y egoistas, del tipo del estado mexicano de Nuevo León, y su cantaleta (separatista, muy en el fondo) de “revisar el pacto fiscal federal”, es decir, el pensar en función individual muy por sobre la solidaridad y las metas comunes; esta es la realidad de todo América Latina, por más doloroso que esto resulte y por más que la región completa viva en una constante crisis. América Latina tiene un potencial enorme, pero con una mirada miope y ensimismada de cada uno de sus países, es casi imposible se inserte con éxito en el Siglo XXI. Ojalá el subcontinente escuchara más los discursos respectivos de los Presidentes del Perú y México, que los de Uruguay y Paraguay.