La nota que Andrés Manuel no vio

Por relevante que sea el periodista de Univisión Jorge Ramos, que lo es sin duda, no tiene la autoridad ni la influencia —en el mundo de los negocios globales— de un editor del Financial Times.

Entiendo que Andrés Manuel haya destacado en una de sus mañaneras lo que Ramos respondió a otro extraordinario periodista, León Krauze: que México no es ni será una dictadura como la venezolana.

Eso se comprende y de ninguna manera sorprende: el presidente López Obrador no deja pasar, sin comentarla, ninguna nota periodística que le favorezca o le perjudique en sus conferencias de prensa diarias.

De ahí mi asombro ante el hecho de que AMLO no haya difundido un artículo del editor de la sección latinoamericana del Financial Times: “Por qué el México de López Obrador es estable en una América Latina propensa a las protestas”.

Michael Stott publicó el pasado 13 de junio un texto bastante objetivo:

AMLO “se ha mantenido popular durante la crisis, mientras que las protestas sacuden a los países vecinos”.

“Incluso algunos de los críticos más duros de Andrés Manuel López Obrador admiten un respeto a regañadientes por la paz social que el presidente le ha dado a México durante la pandemia”.

Si otros gobernantes de América Latina están hundidos en la impopularidad porque han sido derrotados por la pandemia de coronavirus y, por lo tanto, sus economías han sufrido más que las de cualquiera otra región, no es el caso de López Obrador en México.

El señor Stott repasa los índices de aprobación de otros presidentes latinoamericanos: Sebastián Piñera, de Chile, e Iván Duque, de Colombia, son aprobados más o menos por el 18%; Jair Bolsonaro, de Brasil, anda en el 24%, y Alberto Fernández, de Argentina, en el 32%.

“Incluso antes de la pandemia, la mayoría de los latinoamericanos tenían poca fe en sus gobiernos”. Para el editor del FT, “la excepción” es México con López Obrador.

Michael Stott cita a Andrés Manuel, quien con frecuencia en sus mañaneras explica lo que es su sencilla AMLOeconomics:”Mientras enfrentamos la pandemia y hubo una crisis económica. . . ¿Qué me pidieron que hiciera? Rescatar a los de arriba, y optamos por apoyar de abajo hacia arriba, porque así debe ser, por el humanismo, la justicia social y la seguridad”.

Pues eso, sin duda, ha funcionado: “Una encuesta reciente del Banco Mundial encontró que menos hogares en México experimentaron inseguridad alimentaria o pérdida de ingresos familiares el año pasado que en la mayoría de los demás países de la región”.

De ahí que México esté lejos no solo del desastre venezolano, sino de las terribles crisis de otras naciones latinoamericanas.

Otra nota del FT: el estallido de optimismo en México

El mismo Michael Stott y la corresponsal del Financial Times en nuestro país, Jude Webber, han firmado este miércoles un escrito muy positivo:

“El pesimismo empresarial ha sido tan omnipresente en México desde que Andrés Manuel López Obrador ganó la presidencia en 2018 con una plataforma estridente en contra del sistema, que un reciente estallido de optimismo sobre las perspectivas de crecimiento del país se siente como un rayo de sol atravesando las nubes”.

¿Por qué el optimismo? Porque México muy probablemente crecerá este 2021 al doble del 3.5% pronosticado por el FMI.

Según Stott y Webber ello ocurrirá “con la ayuda de Biden”. Se refieren, en realidad, a la ayuda de los mexicanos que trabajan en Estados Unidos y envían remesas a nuestras regiones más pobres. Da igual, es decir, en este caso sí aplica, para bien, el haga sido como haga sido.

El hecho es que con el proyecto económico de AMLO, dice el FT, “México está regresando a niveles de actividad prepandémicos más rápidamente que cualquier otro país latinoamericano”.

Hasta Carlos Urzúa, el berrinchudo exsecretario de Hacienda del presidente López Obrador, lo admite en la nota del Financial Times: “México crecerá 6.0 por ciento este año y podría ser más alto”.

En su texto, Stott y Webber no pueden dejar de mencionar el escepticismo de los enemigos de la 4T: “Pocos creen que la racha de crecimiento inspirada en Estados Unidos de este año presagie un nuevo amanecer brillante para México”.

Quizá economistas, empresarios, periodistas y políticos ya deberíamos aceptar nuestra perplejidad porque no se han cumplido los pronósticos sombríos sobre la economía y la política mexicanas que hemos hecho desde que AMLO decidió cancelar el aeropuerto de Texcoco.

Se comprenden los motivos de Ramírez de la O

Hoy, en El Financiero, el columnista Salvador Camarena pregunta por “los motivos que llevaron a Rogelio Ramírez de la O a aceptarle a Andrés Manuel López Obrador la Secretaría de Hacienda”.

No entiende el señor Camarena por qué “un economista con prestigio quiere someterse a la trituradora de voluntades que es este gobierno”.

Si hubiera leído las dos notas del FT mencionadas aquí, el columnista Camarena entendería: Ramírez de la O es otro de los tantos que, después de años de haber colaborado con AMLO, han terminado por aceptar que la visión y las estrategias del tabasqueño, por más que reten a las teorías establecidas, normalmente terminan por funcionar tanto en lo económico como en lo político.

Vanessa y la AMLOeconomics

No fue la especialista en finanzas tan cercana a José Antonio Meade, Vanessa Rubio, quien habló primero en los medios sobre la AMLOeconomics —antes de ella, en septiembre de 2019, lo hizo en SDPnoticias Ricardo Pedraza—, pero lo cierto es que la senadora con licencia publicó en octubre de ese año, en El Heraldo de México, un artículo con tal título: “AMLOeconomics”.

Lo hizo la señora Rubio solo para expresar que no veía en el México de López Obrador “una política económica integral, estructurada y coherente”.

Redactó su colaboración para El Heraldo después de haber participado “en un panel organizado por la Universidad de California, en San Diego, el cual compartí con Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México; Santiago Levy, consultor e Investigador; y Valeria Moy, directora general de México Cómo Vamos”.

Supongo que Vanessa Rubio ya estará aceptando que en el México de López Obrador las cosas funcionan bastante mejor que en los Méxicos —el de Calderón y el de Peña Nieto— en los que ella, siempre al lado de Meade, tuvo la oportunidad de diseñar la política económica.

Aquellos Méxicos seguramente no habrían sido tan eficaces para regresar a la normalidad después de una catástrofe como la del coronavirus. Estoy convencido de ello.