En El País me entero de las tonterías expresadas, en Washington, por la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Qué ridícula puede ser la derecha española. Cito lo más relevante de esa nota sobre los dichos de doña Isabel:

  • “Reprocha al Papa por sus palabras a México: ‘El catolicismo llevó la civilización a América’…”.
  • “Isabel Díaz Ayuso, del PP, ha cargado este martes contra las palabras que el papa Francisco dirigió el lunes a México con ocasión del bicentenario de la independencia”.
  • La señora Díaz Ayuso, quien llegó a su cargo con el apoyo del partido de ultraderecha española, Vox, “reconoció en su primer día de visita en la capital estadounidense que le ‘sorprende’ que el pontífice, ‘un católico que habla español’, reflexionara por carta sobre los ‘pecados’ cometidos por la iglesia católica durante la conquista española”.
  • “La presidenta madrileña ha defendido el legado de España, ‘que fue llevar precisamente el español, y a través de las misiones, el catolicismo y, por tanto, la civilización y la libertad al continente americano’…”.
  • “Hizo un alegato en favor ‘de la historia real y de uno de los momentos más importantes de la historia’, y contra ‘la corriente peligrosa del comunismo a través del indigenismo que es un ataque a España’...”.
  • “Mientras López Obrador agradecía este lunes al Vaticano y al papa Francisco, la presidenta de Madrid criticaba al mandatario mexicano por querer ‘deshacer el legado de España’ con su defensa del indigenismo, una lucha que calificó como ‘el nuevo comunismo’…”.

¿En serio AMLO no sabe que la religión estorba y que Dios no existe?

Encuentro muchas virtudes en Andrés Manuel López Obrador y algunos defectos. La principal tacha del discurso de AMLO tiene que ver con su religiosidad. Cita excesivamente la Biblia, habla prácticamente a diario de Jesucristo…, todo eso es de tan mal gusto porque, la verdad sea dicha, no tiene sentido fomentar creencias absurdas, en primer lugar, precisamente, por ilógicas, pero también —y sobre todo— por socialmente dañinas.

Con el argumento de la tetera, Bertrand Russell se burló de quienes insisten en creer en Dios. Richard Dawkins amplió el ejemplo para demostrar que la creencia en una divinidad no es inofensiva. Cito lo que ambos afirman, tal como lo presenta Wikipedia:

Dijo Russell:

Si yo sugiriera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría refutar mi aseveración, siempre que me cuidara de añadir que la tetera es tan pequeña que no puede ser vista ni por los telescopios más potentes. Pero si yo dijera que, puesto que mi aseveración no puede ser refutada, dudar de ella es de una presuntuosidad intolerable por parte de la razón humana, se pensaría con toda razón que estoy diciendo tonterías. Sin embargo, si la existencia de tal tetera se afirmara en libros antiguos, si se enseñara cada domingo como verdad sagrada, si se instalara en la mente de los niños en la escuela, la vacilación para creer en su existencia sería un signo de excentricidad, y quien dudara merecería la atención de un psiquiatra en un tiempo ilustrado, o la del inquisidor en tiempos anteriores.

Bertrand Russell

Dijo Dawkins:

La razón por la que la religión organizada merece abierta hostilidad es porque, a diferencia de la creencia en la «tetera de Russell», la religión es poderosa, influyente, exenta de impuestos y se inculca sistemáticamente a niños que son demasiado pequeños para defenderse. Nadie empuja a los niños a pasar sus años de formación memorizando libros locos sobre teteras. Las escuelas subvencionadas por el gobierno no excluyen a los niños cuyos padres prefieren teteras de forma equivocada. Los creyentes en las teteras no lapidan a los no creyentes en las teteras, a los apóstatas de las teteras y a los blasfemos de las teteras. Las madres no advierten a sus hijos en contra de casarse con infieles que creen en tres teteras en lugar de en una sola. La gente que echa primero la leche no da palos en las rodillas a los que echan primero el té.

Richard Dawkins

En fin, creo que estamos obligados a cuestionar a aparatos de opresión tan fuertes como los representados por las distintas religiones. De ahí que sea tan lamentable el debate entre la derecha católica española y la izquierda cristiana mexicana. Qué horror.