Lugar común es aquello de que los europeos al llegar a lo que después, por tres siglos, fue la Nueva España, que daban espejitos a cambio de oro. Seguro es que debieron ver a aquellos hombres barbados y cubiertos de acero con una especie de dragones de escupían fuego, causando temblores de tierra y matando gente de forma salvaje. Eso fue hace ya 500 años, sí, pero en lo que a futbol en particular de refiere, el mexicano a nivel directivo de la Femexfut y los Clubes de la LigaMx siguen viendo a todo lo que tiene que ver con Europa (casualmente España) cómo algo inalcanzable, de otro planeta. Los “tehules” del Siglo XXI, pues, sin más. Y citemos en este texto los tres ejemplos de moda (que deberían avergonzarnos a todos), y tres antítesis, que demuestran que esos resabios de complejos de inferioridad seculares, si es posible ir dejando atrás. Veamos:

  1. Gerardo “El Tata” Martino. Su mejor cartel es a nivel selecciones, en su paso por Paraguay, entre 2007 y 2011, donde llegó a ser subcampeón de América; en el Mundial de Sudáfrica 2010 llegó hasta los cuartos de final, siendo eliminado en esa instancia por la mínima por España, a la postre campeón del mundo. Dirigió a su país de origen, Argentina, entre 2014 y 2016, llegando a ser también subcampeón continental. Pasó también por el Barcelona, el histórico club catalán que marcó una época, donde para el plantel que manejaba, en resumidas cuentas, pasó fugazmente, sin pena ni gloria.
  2. Santiago Solari. Debutó en la dirección técnica del Real Madrid en el otoño del 2018, ese diciembre ganó el mundialito de Clubes (un sitio que no se ganó el, sino su antecesor Carlo Ancelotti, actual DT del Real Madrid, quien volvió luego de un lapso muy exitoso del francés Zinedine Zidane. Solari fue cesado, con más pena que gloria, en marzo del 2019. Y no hay más que mostrar de su trayectoria.
  3. Javier Aguirre. Ha pasado por varios clubes de media tabla hacia abajo en España, dónde su mayor logro es el haber llegado a ser sub campeón de la Copa del Rey con el Osasuna de Pamplona, de ahí, pasos grises en el Zaragoza (dónde estuvo involucrado en un juicio debido a un escándalo por corrupción y amaño de partidos), un descenso con el Leganés, y un muy fugaz y triste paso por el Atlético de Madrid.

Me limito a subrayar sólo sus trabajos en España, porque es la (absurda) razón por la que la Selección, el América y el Monterrey los han traído a México, pagándoles sueldos francamente ofensivos, por lo alto de su monto. Lo mismo con los anteriores dos, que tan sólo por haber estado en España, es suficiente para que no pocos en México justifiquen sus altísimos ingresos, sin que ninguno de los tres parezca desquitarlo: Martino lleva casi un año arrastrando el nombre de México por medio de una ya insostenible permanencia en el timón de la selección. Solari tiene al plantel número diez en todo el planeta que más dinero gastó en futbolistas en el pasado mercado de invierno, y que cada vez juega peor y da peores exhibiciones y resultados. Por último Javier Aguirre, con el plantel más caro del futbol mexicano, que no atina tampoco a atisbar buen futbol, menos a grandes resultados, dando un lastimoso espectáculo en el aún disputado mundial de Clubes, en el que perdió de forma humillante con el Campeón de África (un Club de Egipto) jugando con un cuadro prácticamente integrado por suplentes, por si ya fuera poco lo demás.

Sus antítesis

  • Nicolas Larcamón. Joven Director Técnico argentino, quien dejó las canchas muy joven, a sus 22 años debido a las lesiones, y se decidió a estudiar para ser un entrenador exitoso; ha dirigido desde 2016 a equipos de Venezuela y Chile, teniendo la oportunidad en el futbol mexicano en los dos torneos del año pasado (2021) y lo que va del actual, Clausura 2022. En los primeros dos, dió una agradable sorpresa, al competir más que dignamente con un plantel modesto en cuánto al monto devengado en su nómina; en el joven actual torneo, el Puebla milita en el primer lugar, junto con el Atlas Campeón, de otro que bien podría ser una contratación ejemplar, el también argentino Diego Cocca, con tres partidos ganados de tres.
  • Andrés Lillini. El uruguayo viene de trabajar con fuerzas básicas, de Clubes como el argentino Boca Juniors, el Morelia de México, y el CSKA de Moscú. Llegó a los PUMAS de la UNAM, y recibió la oportunidad de tomar el timón, dando sorprendentes resultados, jugando ya una final y una semifinal, con nóminas también bastante modestas.
  • Roberto Hernández. Directivo en su momento del Morelia, que en su momento bajó a tomar el banquillo en el 2017 durante una crisis que parecía insalvable, rescatando al Club del descenso en los últimos minutos del último encuentro y llegando, cómo un milagro, hasta las semifinales del mismo torneo. Actualmente, y ante el malinchismo endémico que provoca la falta de oportunidades, dirige a los Toros del Malacateco de la liga de Guatemala, dónde tomó al Club de la pequeña Ciudad de San Marcos, colindante con el estado mexicano de Chiapas, que tan sólo peleaba por el no descenso, haciendo Hernández, el timonel mexicano, la epopeya de no sólo lograrlo, sino también de hacerlo Campeón de su liga, por primera vez en toda su historia. Hoy, en el presente torneo, lleva un paso de caballo de Hacienda, con además 10 partidos consecutivos sin perder y sólo tres derrotas en 27 partidos, llevando al Malacateco a ser un protagonista de los primeros lugares del balompié chapín.

Como podemos constatar, mientras los directivos mexicanos continúen haciendo el ridículo, manteniendo el criterio de mirar todo lo que, futbolísticamente suene a Europa cómo prioritario por encima de otros muchos criterios, no saldremos de marginar a DTs nacionales (ya sea mexicanos o extranjeros con trayectoria probada en el fútbol mexicano) y nos seguirán vendiendo espejitos a cambio de oro, con papelones cómo el América de Solari, el Monterrey de Javier Aguirre y la Selección Mexicana de Gerardo Martino, por sólo mencionar los tres ejemplos más actuales.

Ginés Sánchez en Twitter: @ginesacapulco