NO soy mujer que acostumbre meterse en temas de la vida privada de las personas, pero ellas hicieron públicas sus bodas. Escribo este artículo porque tanto la senadora Téllez como la jefa de gobierno Sheinbaum dieron a conocer en medios de comunicación y redes sociales, en distintos momentos, sus compromisos matrimoniales.

Una de ellas, Lilly Téllez, cuestionó fuertemente —y me parece que con una dosis de vulgaridad— la boda de la otra, Claudia Sheinbaum.

El 23 de noviembre de este año Lilly escribió en Twitter: “Prisión preventiva oficiosa es lo que merece Claudia Sheinbaum en términos del artículo 19 constitucional, por el uso de programas sociales con fines electorales. Que se case rápido la transa corcholata, para que tenga derecho a visita conyugal”. Me apena tener que transcribirlo. ¿De qué clase de valores se ufana la senadora?

¿Qué ha dicho Claudia de la boda de la panista? Absolutamente nada.

Un poco de psicología para principiantes o la habilidad de cambiar de principios

¿Qué es la insensatez? Es la ilusión elevada a la segunda potencia…, dijo Henry F. Amiel, escritor suizo; creo que en eso de ilusionarse a la segunda potencia se queda corta la senadora Lilly Téllez.

En agosto de 2017 la periodista excolaboradora de TV Azteca y de SDPNoticias escribió una columna en la cual elogió sin medida a José Antonio Meade cuando este fue candidato del PRI a la presidencia. Afirmó que era “súper bueno como funcionario porque había sido secretario de Estado cinco veces; ¡sí, cinco veces!”. Pero Meade no despuntaba y Lilly se comenzaba a desesperar…

Lilly del presidente Andrés Manuel López Obrador decía que era ególatra y rígido; se refería a él no solo como un peligro para México, sino para él mismo.

Meade se quedó ahí atascado en el lodo tricolor; Lilly Téllez, entonces, cambió de opinión, de convicciones para aceptar una senaduría por Morena. ¿Quién se la dio? El ególatra, sí, aquel que para ella era un peligro para el país.

Comenzó entonces el desequilibrio químico en el cerebro, entre neurotransmisores excitadores e inhibidores que podría ser el origen de la ansiedad y cólera de la senadora panista; esquizofrenia política, tal vez. En el Senado Téllez empezó a mostrar posturas diferentes a las iniciativas impulsadas por sus compañeros de bancada, como la despenalización del aborto. Por lo que la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena solicitó expulsar a María Lilly del Carmen Téllez García. ¿Fue un exceso de los morenistas? Quizá, pero ella pudo haberlo manejado con ecuanimidad y oficio político. No lo hizo. Entonces, el odio y el rencor comenzaron a fluir a través de su tez, su visión en apariencia tranquila se volvió retadora, su voz, la forma de conducirse explosiva, ofensiva, sin control…

Vestida de azul, ya con el “espíritu panista” aseguró que seguirá trabajando contra la corrupción, la injusticia y la desigualdad. “Voy con fuerza por la libertad, el Estado de derecho y la prosperidad de México. Firme en mis principios y valores”…

A través de los meses esa combinación de colores, de convicciones e ideas momentáneas de los diferentes partidos se ha transformado en rencor, odio hacia quien le abrió las puertas de la senaduría, sí, el presidente Andrés Manuel López Obrador. Y ahora, la dosis es para la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum.

Las biografías de una y otra

La trayectoria de Lilly Téllez es corta. Conductora durante muchos años de un noticiero en Azteca, colaboradora menos tiempo con videocolumnas en SDPNoticias… y ahora senadora, primero morenista, después panista. Breve. Lo que es largo, incomprensible es el odio con el que se manifiesta en el Senado, los gritos e insultos que profiere. Insensatez, frustración, resentimiento, estarían circulando desde hace tiempo en sus venas; al verse sobrepasada, avasallada por Claudia Sheinbaum, esa circulación mixta se ha convertido en un torrente en el que es evidente desemboca, explota en una especie de insensatez, ¿o envidia?

El curriculum vitae de la actual jefa de gobierno Claudia Sheinbaum es largo. Científica, política, activista. Se desempeñó como secretaria de Medio Ambiente del Distrito Federal de 2000 a 2006 durante la administración de López Obrador, para después ocupar el cargo de jefa delegacional en Tlalpan de 2015 a 2017. En la primera campaña presidencial de AMLO ella fue la portavoz del candidato.

Sus estudios universitarios Sheinbaum los cursó en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde obtuvo la licenciatura en física con una tesis científica pero con contenido social, “Estudio termodinámico de una estufa doméstica de leña para uso rural”. Después obtuvo la maestría en ingeniería energética. Es doctora en ingeniería ambiental. En 1995 viajó a California becada cuatro años por la UNAM para realizar un trabajo de investigación para su doctorado en el Lawrence Berkeley Laboratory. Es egresada del Programa de Estudios Avanzados en Desarrollo Sustentable y Medio Ambiente… Ahora es jefa de gobierno de la Ciudad de México.

Claudia Sheinbaum no ha cambiado de color, de partido, de convicciones. Es izquierdista prácticamente desde que dejó la infancia y en esa línea ideológica se mantiene. Durante su formación universitaria fue integrante del CEU de la UNAM, grupo de estudiantes comprometidos y rebeldes que se convertiría en el brazo juvenil fundador del PRD, cuando este nació como el gran partido de izquierda. Hoy milita en Morena.

Sheinbaum, a pesar de los años, ha seguido por el mismo camino de López Obrador, el de la lucha por la democracia y la igualdad…

En mi opinión la jefa de gobierno se ha conducido de manera correcta, tranquila, congruente y honesta. No se presta a aquelarres…

Las dos bodas

Hace poco tiempo Claudia Sheinbaum comentó en una entrevista que se casaría con un compañero de la universidad, un doctor en física… solo eso expresó en un programa de radio, así nada más, lo dijo como un evento más de su vida privada. No alardeó de una megaboda. Ni de miles de invitados. Ni presumió su anillo. Ni nada. Un simple comentario, por el que Lilly Téllez de inmediato atacó a la jefa de gobierno. De una serie de tuits de ella destaco este ya citado aquí:

La senadora Téllez declaró también que, al anunciar su matrimonio, Sheinbaum ganaría popularidad electoral a través de situaciones personales para la contienda rumbo a las elecciones del 2024. Es decir, Lilly calificó lo dicho por Claudia como acto anticipado de campaña y agregó que la propaganda debe tener carácter institucional y fines informativos, educativos o de orientación social. Me parece que la experiodista se fue demasiado lejos en sus afirmaciones.

Lilly Téllez olvida que muchos mexicanos tenemos memoria…

En 2019 la senadora panista “en una entrevista exclusiva con la revista Quién le dio el ‘sí, acepto’, a su novio Jesús Tueme. La boda se realizaría en la Capilla Santa Rita de Casia en Polanco”.

Después circularon videos de la ceremonia, fotos del menú conformado por cuatro tiempos. Imágenes de Téllez  con grandes celebridades: Patty Chapoy, Mónica Garza, Ana María Lomelí.

En otro medio: “¡Suenan las campanas! Lilly Téllez recibe exclusivo anillo de compromiso, único en su tipo… está comprometida con el financiero Jesús Tueme quien le entregó un anillo Tiffany, con un diamante que brindó por su cuenta en la casa joyera para que fuese pieza única”. Qué fifí. Y conste, no critico el anillo de diamantes exclusivo, sino el mal gusto de presumirlo.

La alegría y enamoramiento por su boda de Lilly se conocieron porque la senadora filtró eso o permitió que se supiera en varios medios, en los que anunciaba su compromiso y el anillo Tiffany, esa “pieza única”.

Lilly, ¿crees que olvidamos todo? Claudia Sheinbaum solo dijo que pensaba casarse. Tal vez ya lo hizo. Tal vez no lo hará. ¿Le dieron anillo? No lo sabemos y no importa… lo que vale es su trayectoria, la congruencia con la que ha gobernado, con la que se ha conducido y la lealtad a sus verdaderas convicciones.

Tus palabras Lilly, tus arrebatos, el odio que transpiras, te alejará aún más de la contienda presidencial a la que desesperada aspiras; no creo que los restos del PAN te elijan a ti, senadora. Dudo mucho que tengas peso en la contienda… Y perdón si luzco enojada al hacer estos comentarios, pero me indignó lo que dijiste, senadora Téllez, de que la corcholata debe casarse rápido para que tenga derecho a la visita conyugal, qué vulgaridad.

Mereceríamos mexicanas y mexicanos un debate de mucha mayor altura.