El senador recién convertido en activista, Dante Delgado, ha estado muy activo en las últimas semanas a raíz de la detención de su amigo, el asesor en el senado José Manuel del Río Virgen, a quien de manera sorpresiva le fueron imputados cargos que ameritaron su captura por parte de elementos de la Fiscalía General del Estado.

Ante ello, y después de infructuosamente tratar de lograr su liberación, el ex gobernador veracruzano se ha puesto a la cabeza de un nuevo movimiento en pro de la justicia social en la entidad, integrado por miembros de distintos partidos de oposición y miembros de la sociedad civil, cuyo principal reclamo, es la derogación del delito de ultrajes a la autoridad, que dicen, ha sido mal utilizado para perseguir a los detractores del gobierno estatal.

Pero resulta curioso y contradictorio que el líder de los protestantes, se este uniendo en este reclamo al PRI y al PAN, porque estos dos partidos aprobaron dicho delito en el año 2003, aunque lo tuvieron que derogar en 2016. Y porque además de eso, no solo se alía con ellos, sino que le abre las puertas de su partido a ex militantes tanto de Acción Nacional como del Revolucionario Institucional, sin importar su pasado, o reputación.

Un ejemplo claro de ello es lo que sucede en Quintana Roo con Roberto Palazuelos, un junior convertido en político, proveniente de una familia de la cuál, su abuelo dicen llegó a ser muy cercano al poder del viejo PRI, ese mismo que en el pasado, Dante ha tachado de autoritario, pero que hoy, por conveniencia apapacha y acepta. Sobra enlistar además el cúmulo de declaraciones y acciones represivas e ilegales en las que se ha visto involucrado al actor, sin que hasta el momento, el partido naranja del senador veracruzano, se haya deslindado de él, en ese caso en particular, primero los votos y después la lucha social.

Por eso, son varias las voces que le han respondido a Dante y lo han dejado en evidencia, como el segundo a bordo de Morena en la entidad jarocha, Yair Ademar, quien le recordó al dueño de Movimiento Ciudadano no solo su pasado, sino de donde proviene este tipo de delitos que ya han estado alguna vez contemplados en la ley, sin que el hoy senador tuviera en su momento alguna queja sobre ello.

Y es que no hay que confundirnos, el delito de ultrajes a la autoridad seguramente será derogado, en ese sentido ha sido la sugerencia y observación de la CNDH y de otros sectores de la sociedad civil; pero lo que le resta seriedad y legitimidad al reclamo e inquietud ciudadana, es la participación con fines meramente políticos y mercenarios, de quienes en el pasado y aún en el presente, secuestran las banderas para llevarse algún tipo de crédito o beneficio que les permitan seguir viviendo, como desde hace décadas, con cargo al erario y a los impuestos de todos los mexicanos