Quienes vieron en TV o en videos de internet el discurso de AMLO el sábado pasado en el Zócalo, advirtieron lo obvio: mientras Marcelo Ebrard tenía cara de enojado, Claudia Sheinbaum disfrutaba el momento.

La explicación está en dos columnas políticas publicadas este lunes, en Milenio y El Universal. Las redactaron periodistas que no suelen cuestionar duramente al secretario de Relaciones Exteriores y que inclusive simpatizan con el funcionario.

Ebrard, con “equipo joven y bien pagado” pavimenta ruta hacia la oposición

Una de tales columnas, de Viri Ríos en Milenio, argumenta por qué se irá Marcelo a una alianza entre el PAN y Movimiento Ciudadano. Estas son sus razones:

  • Que, a diferencia de Claudia, Ebrard no está haciendo campaña para los obradoristas: “Su estrategia no es ganar el favor del presidente, sino simplemente no perderlo al tiempo en que coquetea con una coalición amplia que incluya clases medias, empresarios y el favor de la opinión pública internacional”.
  • Ebrard acepta las reglas de la encuesta de Morena, pero también está creando un plan B: “que las encuestas están siendo manipuladas por políticos corruptos y ambiciosos dentro de Morena” sin que AMLO lo sepa. Marcelo pretende así “pavimentar una salida de Morena que no sea vista como una traición sino como la reafirmación de los valores políticos que siempre tuvo”. Ebrard quiere posicionarse como el héroe de una batalla “de él-contra-el-monstruo-de-la-clase-política que tanto gusta al votante”.
  • A diferencia de otros morenistas “Ebrard sabe cómo consentir y hacer sentir escuchadas a las élites intelectuales y económicas de México”. Según la columnista, Ebrard “toma llamadas, invita y se muestra dispuesto a conceder favores o empujoncitos a empresarios, intelectuales, emprendedores y personas con poder”.
  • “Ebrard no hace sentir culpables a las élites por sus privilegios y prebendas. Por el contrario, se regodea como ellos en la buena vida, confiesa gustos caros y se conduce como quien puede pactar soluciones con las élites económicas sin juzgarlas, entendiendo su lógica y consintiendo a moderarse en su favor”.
  • Las élites a Ricardo Monreal lo ven brillante, pero le temen. A Ebrard, en cambio, “lo piensan inteligente, pero controlable”.
  • Ebrard no tiene en su equipo gente del movimiento de AMLO: “Su equipo es talentoso, joven y bien pagado”.
  • Lo anterior lleva a la periodista a pensar que Ebrard coquetea “con convertirse en el candidato de una alianza entre Movimiento Ciudadano y el PAN”.
  • El problema para Ebrard: “No es fácil dejar Morena porque López Obrador le conoce demasiado y podría destruirlo”.
  • Pero la columnista asegura que “Ebrard también le conoce demasiado a varias figuras clave de Morena”.  Y no es descabellado que “utilice esa información para negociar un equilibrio que le permita hacerse de un espacio para competir”.

García Soto: “Mensaje de AMLO en el Zócalo: Es Claudia

En El Universal el columnista Salvador García Soto interpretó de esta manera lo que pasó en el Zócalo:

  • Morena y AMLO desbordaron el Zócalo, entre otras razones, para “mostrar su fuerza rumbo a las elecciones de este y el próximo año”.
  • López Obrador mandó dos mensajes: (i) “que sigue siendo un presidente con fuerte respaldo popular” y (ii) “que ya tiene definida su sucesión”.
  • AMLO no dio nombres —aseguró que ganará el 2024 “cualquiera de los aspirantes que resulte triunfador en la encuesta”— pero “dibujó entre líneas y con sus palabras el perfil de quien espera que lo suceda ‘sin zigzagueos, ni medias tintas’ para darle continuidad a su movimiento”.
  • Para que quedara claro quién será el elegido o la elegida, “López Obrador volvió a recurrir al ejemplo de la sucesión del general Lázaro Cárdenas”.
  • Cárdenas, “al elegir a su sucesor, lo hizo presionado por el avance de la derecha”. Así que en vez de dejar la presidencia a su candidato, el más de izquierda, Francisco Mújica, “decidió apoyar a Manuel Ávila Camacho, que era más moderado”.
  • Dejó claro AMLO que eso no le pasará a él, es decir, no se dejará presionar y dejará en la presidencia a quien garantice la continuidad del proyecto de izquierda.
  • Continuidad con cambio, dijo AMLO, pero por cambio no se refiere “a un cambio político ni ideológico y mucho menos de sus reformas y políticas”.
  • El cambio en 2024, para López Obrador, será “un cambio generacional y de género”.
  • AMLO apoyará a quien “garantice que seguirá y profundizará sus reformas”.
  • “La única que encaja de manera perfecta en la descripción de continuidad directa y sin zigzagueos, es Claudia Sheinbaum”.
  • “Si a eso se le suma que Sheinbaum sigue punteando en la mayoría de las encuestas, no es tan difícil interpretar el mensaje del presidente el pasado sábado”.
  • En síntesis, “el único cambio que permitirá López Obrador en su sucesión de poder será el generacional y el de género”.
  • El columnista termina con el clásico: “El que quiera entenderlo, que entienda”.

El libro de Ebrard

Desde hace días el canciller dio a conocer que escribió un libro y algo de ruido hubo en redes sociales y medios de comunicación.

Hoy Marcelo Ebrard lo presentó formalmente. La verdad de las cosas no ha habido exceso de comentarios, así que para que no sea un fracaso completo resulta lógico pensar que el equipo de “jóvenes bien pagados” del secretario de Relaciones Exteriores debe estar ya preparado la típica propaganda de anunciados espectaculares financiados —es un eufemismo— por la editorial.

¿Lo permitirán el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que tan estrictos han sido con otras corcholatas?