Según diversos medios de comunicación y fuentes oficiales, incluidas las propias declaraciones del secretario Omar García Harfuch ayer por la mañana, Hernán Bermúdez Requena se encontraba bajo investigación criminal desde hace algún tiempo. Sumado a ello, las revelaciones de Guacamaya Leaks han revelado que elementos del Ejército mexicano en Tabasco poseían información relacionada con las actividades criminales del ex secretario de Adán Augusto López.

Todo parece indicar inequívocamente hacia la culpabilidad de Bermúdez como líder de la Barredora. Según se infiere, López Hernández habría estado informado sobre las actividades delincuenciales de su ex funcionario.

La presidenta Claudia Sheinbaum se encuentra, por su parte, ante un nuevo dilema en su carrera política. Por un lado, puede buscar esconder las trapacerías cometidas por miembros de su partido en Tabasco, o por el contrario, puede dirigir todas las fuerzas del Estado y poner en riesgo la reputación misma de García Harfuch para desmantelar la red de corrupción y criminalidad coordinada por los tabasqueños.

Sin embargo, la decisión no luce fácil. Tabasco es la cuna del obradorismo. No solamente la entidad representa un signo del movimiento de AMLO, sino que el propio Adán Augusto ha formado parte del círculo más cercano del ex presidente. Como se recordará, el macuspano decidió en aquel 2018 sacarle de su estado para llevarle a encabezar la secretaría de Estado más poderosa del país en términos de la salvaguarda de la gobernabilidad nacional y de los controles inteligencia criminal.

Sheinbaum, en tanto que heredera de un sector del obradorismo, estaría maniatada para hundir a Adán Augusto. Las consecuencias podrían ser desastrosas; pues según se ha atestiguado en la más reciente convención nacional de Morena, un buen número de sus conspicuos miembros no están dispuestos a denunciar la inaceptable alianza (diría Donald Trump) de la cúpula del ex gobierno tabasqueño con una filial del Cártel Jalisco Nueva Generación

La presidenta Sheinbaum se encontraría, como he opinado, frente a dos caminos, ambos peligrosos y tortuosos: salvaguardar la unidad morenista con el respaldo expreso o tácito a Adán Augusto o torcer por el camino correcto y demostrar a Estados Unidos, a la opinión pública y al pueblo de México que nadie durante su histórica gestión gozará de impunidad.