Tanto al nivel nacional como internacional pareciera que la presidenta Claudia Sheinbaum entró en una espiral de equivocaciones y malas decisiones que llevan a su gobierno y al país a un escenario de inseguridad, impunidad y polarización social.

El debate que sostiene con Ernesto Zedillo, quien expuso abierta y de manera profesional sus inquietudes acerca de lo que él llamó la destrucción de un régimen democrático para dar paso a una tiranía, se ha tornado estéril.

La presidenta pudo aprovechar para exponer lo que su gobierno está haciendo para salir de la crisis en la que le entregaron el país, pero prefirió enfrentar de manera personal los argumentos de Zedillo ratificando tácitamente que, efectivamente, vamos hacia una tiranía.

La senadora Lilly Téllez, así lo interpretó, dijo que Sheinbaum respondió con amenazas, dignas de un tirano, amenazando con la investigación del Fobaproa o de si tiene nexos con el crimen organizado, pero de los problemas del país, ni una sola palabra.

Luego Zedillo retó a que las obras faraónicas del pasado sexenio sean sujetas a una auditoría, pero, en lugar de tomar el desafío, la presidenta lanzó al director de la UIF, el porro y golpeador Pablo Gómez, a investigar a Zedillo e hizo pública la carta que envió hace un mes a Morena, que no es más que la misma gata, pero revolcada, que la “cartilla moral” de AMLO, en otras palabras, puro “atole con el dedo”.

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La hipocresía

Todos hemos visto los helicópteros, ropa, relojes, lujos, viajes, casas y cómo duplicaron su fortuna los millonarios con la 4T. Los hijos de AMLO de no tener ni trabajo en 2018, casi casi unos ninis, hoy son exitosos empresarios que se gestaron de la noche a la mañana y en menos de tres años su cervecería y su chocolatería facturan más de 300 millones de pesos anuales.

También se convirtieron en contratistas del gobierno de su padre, en el Tren Maya, en Dos Bocas y en el AIFA. AMLO creó el mayor gobierno nepotista, donde las lacras del compadrazgo, amiguismo y nepotismo fueron requisito básico del perfil de sus funcionarios.

El colmo es que en su carta Sheinbaum señala que Morena no es un partido de Estado, lo dice siguiendo el ejemplo del gobierno anterior, quien no reconoce a ninguna fuerza política… Ni a nadie, porque su misiva deja ver que ella sólo gobierna para AMLO, dueño del partido y dueño de México, porque no gobierna para el pueblo, no si consideramos que la sociedad es plural, diversificada y multicultural.

El pensamiento de un tirano

Lo peor es que en la misiva que dirigió a Morena y no al pueblo de México, tiene la desfachatez de citar el libro “Gracias” de AMLO hablando de unidad, cuando en realidad se van con todo contra quien no piensa igual que ellos: "hay que combinar principios con eficacia. Con más razón ahora que existe una derecha neofascista y voraz, se requiere la unidad de todos los que nos situamos en el abanico de las fuerzas progresistas“. Burla y atole con el dedo.

También hace referencia a una “estrecha” relación con Trump y a que está negociando temas como los aranceles, seguridad, migración y mantener la alianza política, comercial y de seguridad geopolítica con Estados Unidos, pero, en ese discurso mentiroso y contradictorio, Sheinbaum también dice: “Lucharemos por la defensa de México y las y los mexicanos. No creemos en el consumismo ni el poder del dinero, ni en la avaricia y no, no nos arrodillamos frente al poderoso”.

Mentirosos, incongruentes y traicioneros

Para terminar de vernos la cara, resulta que el primero de mayo militantes de Morena en México participaron activamente en el Día de las y los Trabajadores que se llevó a cabo en la Plaza de la Revolución en La Habana, Cuba. La delegación de Morena que acudió estuvo liderada por la secretaria general del partido Carolina Rangel Gracida, quien señaló que el propósito de acudir fue “para fortalecer los lazos de colaboración y entendimiento entre el Partido Comunista de Cuba (PCC) y Morena”.

Imposible ignorar que el panorama nacional e internacional es incierto, y que con Trump al frente, la relación con Estados Unidos se complica. Es importante que los puntos focales sigan siendo claros: comercio, migración y seguridad. México debe actuar de manera coordinada no contestataria o complaciente y ser un agente activo en la defensa del estado de derecho internacional, buscando soluciones alternativas ante los problemas globales para evitar un rompimiento con el orden mundial.

Sin embargo, con el gobierno de Sheinbaum seguimos vacilando, confrontando y mostrando debilidad, en lo único que se ha medio avanzado es en materia de seguridad por algunas acciones del secretario de seguridad Omar García Harfuch, lamentablemente, al negarse a la colaboración binacional en materia de seguridad, la propia presidenta sabotea su trabajo.

La falta de visión y el compromiso de la presidenta con salvaguardar los intereses de su antecesor y no los del pueblo de México, ponen al país a la deriva.

X: @diaz_manuel