Carlos Loret no niega que participó en un montaje: el de la la detención de Florence Cassez e Israel Vallarta, acusados del delito de secuestro.

Imposible sería para él negarlo: todo el mundo se dio cuenta de la farsa en la que participó don Carlos Loret.

Dice que no se dio cuenta. Es decir, lo transmitió, pero no sabía lo que hacía. Pobre, lo engañaron.

Con esa confesión espera que del cielo llegue la orden bíblica: “Perdónenlo (a Loret) porque no sabía lo que hacía”.

Asegura el periodista que se ha disculpado por ello desde 2006 y acepta que “lo que siempre he dicho: yo no me di cuenta”, de ninguna manera le “exime de que debí haberme dado cuenta”.

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Acepta que no se dio cuenta pero que debió haberse dado cuenta…, ¿o sea, fue tan ingenuo?

Está bien, por descuidado, por ignorante o por lo que sea no supo nada de nada… tan inocente él.

Ahora dice que hay un complot de la 4T en su contra porque algunas personas le recuerdan el feo episodio del montaje en el que Loret, por ignorancia o por descuido —o por lo que que haya sido—, sin duda participó y desempeñó un papel central.

Como a Israel Vallarta no se le puede liberar, a pesar de haber sido torturado en el montaje en el que sí participó —aunque no se dio cuenta— el periodista Loret de Mola, entonces dice don Carlos que se cayó el montaje en su contra.

¿Montaje en su contra? Así, de plano, titula su columna en El Universal. Loret juega al Tío Lolo y eso es grave en el caso de una persona inteligente como él. Veamos:

  • Como el propio Loret acepta, sí hubo montaje para exhibir en público a Cassez y Vallarta.
  • Hubo montaje y Loret fue una figura central en el mismo, pero lo hizo por ingenuo, es decir, no se dio cuenta de nada.
  • A Vallarta se le torturó en el montaje en el que don Ingenuo Loret, como el Monje Loco, nada supo.
  • Si ese hubiera sido el único delito de Vallarta, ya se le habría liberado.
  • No se libera a Vallarta porque se le juzga por otros delitos.
  • Entonces, dice Loret, como no se libera a Vallarta, ello destruye las acusaciones en su contra (en contra del periodista) de haber participado, por ingenuo —o por la razón que sea—, en el montaje.

Desde luego, no tiene ninguna lógica lo que dice Loret. Porque, ni hablar, el hecho de que Vallarta enfrente otros procesos no elimina eel montaje transmitido por el ingenuo Loret en el que se exhibió al presunto secuestrador dañando su dignidad y aun se le torturó perjudicando su integridad física.

Con la pena, pero Carlos Loret seguirá cargando con la vergüenza de haber participado —por ingenuo: dice que no se dio cuenta— en un episodio periodístico tan lamentable como el montaje.

Menos nos olvidaremos del montaje si el propio Loret insiste en recordarlo para hundirse más a sí mismo.