La ambición electoral y el covid
La doctora Amalia Becerra, subdirectora del Hospital Metropolitano de Nuevo León, ha dicho en una nota de Excélsior que el aumento reciente en los contagios por covid en la entidad se debe a los eventos masivos que en las etapas finales de sus campañas organizaron candidatos y candidatas al gobierno estatal, a las presidencias municipales y a las diputaciones locales y federales.
Hoy que el verde mexicano que tanto nos entusiasmó durante unos pocos días se empieza a transformar, otra vez, en el preocupante amarillo —el color que enciende las alarmas ante la posibilidad de una nueva oleada de coronavirus—, ni duda cabe de que una de las explicaciones está en las campañas electorales celebradas a lo largo y ancho del país, en las que todos los partidos políticos, por pura ambición, se dejaron caer juntando acarreados sin las mínimas medidas sanitarias.
No se puede decir lo mismo de la jornada de votaciones, en la que el INE cumplió con una organización correcta que privilegió el uso de cubrebocas, el gel antibacterial y la sana distancia dentro de las casillas y en las colas de electores.
La culpa es de las campañas, ni más ni menos que de las campañas malditas que nada valen.
México, casi cero en educación física
Este año ha habido importantes competencias deportivas en todo el mundo, y si no fuera por el Checo Pérez que ganó el Gran Premio de Azerbayán de la Fórmula 1, tendríamos una calificación de 0 en educación física.
No nos invitaron a la Copa América, y tenemos esa excusa para decir que no fracasamos. No pertenecemos a Europa, así que lo usaremos de pretexto para decir que en futbol somos una potencia. Pero…
Acaba de pasar el Roland Garros, y no se supo que ningún mexicano o ninguna mexicana haya hecho nada relevante.
En el Giro de Italia 2021 no estuvimos porque no tenemos nivel. Tampoco estaremos en el Tour de Francia, que ya viene, ni en la Vuelta a España. Desde luego, no somos tan ingenuos como para atrevernos a soñar con destacar alguna vez en Wimbledon. Y en los próximos Juegos Olímpicos si sacamos un par de medallitas será más de lo esperado.
El campeonato mundial que sí es nuestro
Solo tenemos medalla de oro en violencia y corrupción. Lo que sea de cada quien, en tales materias destacamos como nadie.
En ningún país de la OCDE, a la que pertenecemos, una tragedia como la de la Línea 12 del metro dejaría libres a sus responsables —el gobierno capitalino y la empresa que la construyeron.
Pero es en el tema de la violencia donde nos destacamos muy por encima de todo el plantea.
Ayer dimos tres lecciones acerca de por qué somos los campeones mundial del Sicariato: (i) fueron hallados tres cuerpos colgados en puente vehicular de Fresnillo, Zacatecas, (ii) ataques armados en varios puntos de Reynosa dejaron como saldo 14 muertos, y (iii) en Monterrey, en un concierto ballenato se desató una balacera en la que fallecieron tres personas y hubo siete heridos.
Así todos los días. Somos campeones mundiales, y no hay quien se atreva a retarnos.