Una mujer que sí sabe

México estuvo unas horas del lado equivocado de la historia. La tibieza del canciller Marcelo Ebrard nos colocó cerca de meternos, más que en un problema, en una falta ética imperdonable: la de no condenar a Rusia por las atrocidades que ha cometido en Ucrania. Quiso el titular de la SRE jugar al neutral rechazando el uso de la fuerza y llamando a una salida política. Grave error en tiempos que exigen definiciones.

Rápidamente, al funcionario lo corrigió una mujer que conoce mucho mejor que Ebrard la esencia de las relaciones internacionales —la embajadora retirada Martha Bárcena—: “Rechazar no basta, hay que condenar”. Un tuit de esta destacada diplomática generó de inmediato tal corriente de opinión contra Putin en nuestro país que Marcelo tuvo que rectificar. Y qué bueno que lo hizo.

Publiqué inmediatamente después de que iniciara la invasión rusa a Ucrania una columna en la que decía que Vladimir Putin había noqueado en el primer round a los líderes de Europa y Estados Unidos.

Espero que la embajadora Bárcena no se moleste porque daré a conocer lo fundamental de una comunicación privada, vía WhatsApp, entre ella y yo. Martha me envió un mensaje educado y respetuoso y me dijo, en resumidas cuentas, que entiendo poco del tema, que las cosas no eran tan sencillas como yo las presentaba, que la Unión Europea y Estados Unidos iban a reaccionar muy duramente en el terreno donde Putin es más débil —el económico— y que la victoria que yo canté en el arranque de la guerra, en cuestión de días no iba a ser tal. Y aclaró: los gobernantes europeos y estadounidenses no van a titubear porque entienden la relevancia de enfrentar al ruso, pero si acaso llegara a temblarles la mano no se echarían para atrás por tantas muestras de solidaridad con Ucrania en todo el mundo.

Comprendí mi error —y acepté la precisión del diagnóstico de la embajadora Bárcena— gracias a un video y a un artículo. El video, las lágrimas de un futbolista ucraniano ovacionado en un estadio de Portugal; el artículo, “El gran plan de Vladimir Putin se está desmoronando”, de Gideon Rachman en Financial Times.

Aquí el conmovedor llanto del jugador ucraniano Roman Yaremchuk cuando entró de cambio en un partido del Benfica:

Enseguida los puntos más importantes del mencionado texto del FT

“Cuatro días después de la invasión, las tropas rusas no lograron la rápida victoria con la que contaba Putin. La resistencia ucraniana es mucho más feroz de lo que anticipó el líder ruso, ya que el ejército de Ucrania contraataca y la población se moviliza”.

“Los soldados rusos capturados han sido filmados quejándose de que les dijeron que iban a una misión de entrenamiento”.

“La respuesta internacional también ha sido más dura, más coordinada y unida de lo que esperaba Putin”.

Rusia está siendo excluida del sistema financiero mundial”.

“La mayor parte del espacio aéreo europeo ha sido cerrado a las aerolíneas rusas”.

Berlín finalmente envió armamento a Ucrania”.

Ni siquiera China respaldó a Rusia en la ONU: los chinos se abstuvieron, elegante forma de decir NO a la guerra de su aliado Putin.

Hay pánico en Rusia porque el dinero escasea dado que la gente lo está retirando masivamente de los bancos.

“El valor del rublo se ha desplomado, al igual que el mercado de valores ruso”.

Hay protestas contra la guerra en todo el territorio ruso; Putin ordena arrestar manifestantes.

Los oligarcas financieros de Rusia, aliados y hasta socios de Putin, empiezan a darle la espalda.

“Los medios oficiales rusos se han quedado en la increíble posición de negar el alcance de la guerra”.

Volodymyr Zelensky, el presidente ucraniano, una vez ridiculizado como un actor cómico fuera de su alcance, ha ganado reconocimiento internacional por su liderazgo inspirador”.

Pero, Putin es ahora más peligroso que nunca

Lo dice todo el mundo y desde luego el artículo del Financial Times citado: “Humillado y acorralado” Vladimir Putin pueda cometer locuras mayores; ya las anunció al poner en alerta máxima a las fuerzas nucleares de su país. En Ucrania, el presidente Ruso puede llegar a exigir a su ejército mucho mayor crueldad y el uso de armamento más mortífero, como los misiles termobáricos, solo superados por los nucleares en su capacidad destructiva.

AMLO debe ganar una batalla intelectual en México: la de hacerles entender que Putin se enriqueció a la Salinas de Gortari

En la izquierda mexicana sobre gente que simpatiza con Vladimir Putin. Quizá porque es el principal enemigo de Estados Unidos, país que con toda razón no tiene buena imagen en los sectores progresistas de nuestro país. O tal vez la popularidad de Putin en el izquierdismo de México se deba a que es ruso y se le confunde con Lenin.

Ojalá Andrés Manuel explique a sus seguidores más antiyanquis que las cosas no son así. Si algo distingue a Vladimir Putin es que creó, para su propio beneficio, una casta de multimillonarios —los llamados oligarcas rusos, dueños en Europa occidental de enormes yates, mansiones de ensueño, equipos de futbol, etcétera—. Cuando Europa habla de ir tras el patrimonio de Putin y su familia, está claro que se refiere a lo que ha logrado gracias a sus complicidades con los megarricos rusos.

Toda proporción guardada, Putin ha imitado el modelo de Carlos Salinas de Gortari en México, quien creó a sus propios ultrarricos cuando privatizó los bancos, la compañía telefónica nacional, la TV del Estado, las aerolíneas, las siderúrgicas, las reservas de minerales.

Una explicación de parte de Andrés Manuel acerca de quién es Putin podría moderar las ansias prorrusas de la izquierda mexicana.