Hace más de un año, recuerdo, la elección interna por la coordinación de la defensa del voto estuvo llena de matices, guerra sucia y una oleada propagandista que escaló a otro nivel. Desde luego, ninguno de los aspirantes se quedó pasmado y, con una base de fundamentos, defendió cada uno de los proyectos que representaba. La simpatía, desde aquella etapa, se cargó a la causa de Alejandro Armenta, senador de la república en aquel entonces. Él, de hecho, fue propuesto por la dirigencia nacional para participar en la encuesta que aplicó el CEN. En medio de ese clima, el ahora gobernador superó a todos con amplio margen de diferencia. Eso, rápidamente, apresuró una operación para limar asperezas con todos y, con ello, encauzar la unidad que, al final de cuentas, fue de vital importancia al encontrar acuerdos al más alto nivel.
Alejandro Armenta, calificado como uno de los gobernadores más eficientes de Morena, ha logrado posicionar a Puebla a otras latitudes. Hizo posible, con una estrategia de seguridad, reducir la violencia significativamente. De igual forma, le ha inyectado una fuerte inversión en el tema del campo y otros rubros fundamentales para impulsar el desarrollo. Eso, de cierto modo, lo ha llevado a tener comentarios positivos, pero también, dada su labor, se ha vuelto blanco de la narrativa que discurre de la oposición. En todo este tiempo, de hecho, Armenta es el gobernador que más recibe ataques en los medios de comunicación. Todo eso se debe, hay que decirlo así, por los altos índices de aprobación que ha ido alcanzando a lo largo de este tramo.
El gobernador de Puebla es un personaje espontáneo y natural. Su singular estilo, abierto y franco, ha dado pie a que la oposición lo critique. Con mucha sobriedad, de hecho, se ha manifestado ante la opinión pública. Algunos personajes de la derecha, en complicidad con la prensa conservadora, han maquinado supuestas conversaciones con sus colaboradores. Existe, en resumidas cuentas, toda una campaña para tratar de manchar su imagen. Buscan utilizar, en efecto, cualquier pronunciamiento que realiza para sacarle provecho y arremeter.
Con esa naturalidad, queda claro, los gobiernos estatales corren el riesgo de estar bajo la lupa del escrutinio público. Es natural. Sucede en cualquier órgano institucional estar en los reflectores. Por esa sencilla razón, no se le puede calificar al gobernador de Puebla una situación que, para aclarar malos entendidos, ha pedido una disculpa de una manifestación que surgió sin la más mínima intención constructiva. Así lo percibimos todos; sin embargo, el PRIAN, familiarizado con la hostilidad, echa andar una campaña propagandística en contra. La mala noticia para ellos, sin duda, es el abrumador respaldo del gobierno estatal de Puebla. Esa proporción, para ser exactos, es del 69%, de acuerdo con las metodología de mayor credibilidad en México.
Todo eso, ante los ojos de los mexicanos, es calificado como un gobierno eficiente. Por eso él, más allá de las estrategias perniciosas que existen, puede darse el lujo de presumir que Puebla ha ido avanzando a pasos agigantados. Los registros que se han publicado en la propia mañanera de la presidenta constitucional, dan cuenta de avances sustanciales que tiene esa entidad. Eso, que ha generado un porvenir y un desarrollo integral para la población civil de ese enclave, es la causa que le irrita a la misma oposición. A nuestro juicio, están muy lejos de generar una tensión que pueda escalar, sobre todo cuando la unidad reina en todas las dependencias que están coordinadas por una sola causa: impulsar la 4T.
Pese a ello, debemos de admitir que la oposición, fiel a su estilo, no cesará en esta guerra sucia que propaga. Eso lo hemos visto en todos los gobiernos emanados de Morena. No es para menos: ese 20% de la ciudadanía, que no simpatiza con la Cuarta Transformación, tiene bajo la lupa la labor que desempeña cada uno de los servidores públicos. Cuando se tratan de logros, ellos, no se inmuta ni mucho menos reconocen. Ah, pero cuando se trata de un comentario, que no puede ser calificado como deshonroso, hay una crueldad mezquina que brota de muchas voces conservadoras. Es probable que algunas de ellas se multipliquen en cuentas falsas o plataformas que son financiadas por el propio PRIAN. Se entiende perfectamente de dónde vienen los ataques. Esto, desde luego, no ha tenido consecuencias negativas en el gobierno de Puebla. Al contrario: reina la unidad y, hasta donde sabemos, hay grandes expectativas por superar la proporción de los 69% de aprobación ciudadana que hoy goza Alejandro Armenta. Por eso y muchas cosas más, no es relevante la narrativa que esgrime el conservadurismo, que se ha visto obligado a mentir y fabricar.
Hay aclaraciones de lo que ha pasado en los últimos días. También existen disculpas públicas que, a nuestro juicio, son francas y honestas por si hubiese algún agraviado. Así asume la responsabilidad el gobierno de Puebla, que, pese a estar bajo la lupa del escrutinio público, se afianza como una de las mejores administraciones del territorio nacional.