El domingo pasado, el (ex) “hombre más rico del mundo”, Elon Musk, fue abucheado sin misericordia por los asistentes a un evento de “stand up” del comediante reaccionario Dave Chapelle.

Las befas en contra de Musk no habrían pasado de una anécdota de fin de semana, si el oligarca no hubiera tuiteado un mensaje en donde señalaba que no le habían afectado estas expresiones de repudio, para después terminar borrando el comentario, lo cual únicamente trajo más mofas en la red social más tóxica del planeta.

El supuesto “absolutista” de la libertad de expresión es muy bueno para revivir cuentas de extremistas y negacionistas de la pandemia, pero poco para resistir los comentarios de los usuarios que aún permanecen en su red social.

Otra muestra es la limitación al alcance de la cuenta de Twitter “el jet de Elon”, que muestra los múltiples viajes del sudafricano alrededor del área de la bahía y el resto de los Estados Unidos y el mundo.

En fin. Vamos a ver cuánto tiempo resiste el frágil ego de Musk esta dura “carrilla” en la red social de su propiedad.

Postdata: Descanse en paz el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa.