México.- El sismo de magnitud 7.1 del pasado 19 de septiembre tuvo una fuerza 30 veces menor al de 1985, aseguró el nvestigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Raúl Valenzuela Wong.

Otra de la grandes diferencias entre ambos terremoto es la distancia entre Ciudad de México y otras zonas afectadas y el epicentro, pues en el de 1985 fue de 350 kilómetros y el de 2017 de unos 120.

“Sismos con epicentro en la costa, como el de 1985 (Lázaro Cárdenas, Michoacán), cuando llegan a la Ciudad de México tienen un predominio de lo que llamamos ondas superficiales, que son ondas de periodos más largos o de frecuencias más bajas, en contraste con el de hace una semana, que por su cercanía tuvo un mayor componente de ondas de cuerpo A, con frecuencias más altas”, explicó.

El especialista en sismotectónica realizó una videoconferencia en las instalaciones del Servicio Sismológico Nacional (SSN), donde recalcó que los sismos con frecuencias más altas tienden a afectar estructuras más bajas, mientras que las bajas dañan estructuras de mayor altura.

Por otro lado, apuntó que “de manera anual se presentan alrededor de 150 sismos en el mundo de magnitud seis a 6.9, perceptibles o no; de siete a 7.9, aproximadamente 15; y sólo uno o ninguno de hasta ocho grados”.

Además, habló del rumor sobre un gran sismo en la Brecha de Guerrero, ubicada entre Acapulco y Zihuatanejo:

“Sabemos que nada ni nadie puede predecir un sismo, pero también sabemos que desde diciembre de 1911 no ha ocurrido un movimiento de gran magnitud en esa zona. Aunque han pasado 106 años, no tenemos datos de cuándo fue el movimiento anterior a 1911, así que no podemos establecer el intervalo de recurrencia. Pero lo que es un hecho es que no se ha liberado energía ahí”, destacó.

Con información de Notimex