Tokio, 26 feb (EFE).- El primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, llegó hoy a Okinawa (archipiélago al sur de Japón) para tratar de convencer al Gobierno local de la necesidad de reubicar la polémica base militar estadounidense de Futenma a una zona al norte de la isla.

Durante su visita de dos días, la primera de Noda a Okinawa desde que es jefe de Gobierno, se reunirá con el gobernador de la provincia, Hirokazu Nakaima, para pedirle su cooperación en el traslado de las tropas de EEUU desde la base de Futenma, en un distrito residencial, hasta una zona costera menos poblada.

El plan de traslado de las tropas cuenta con la fuerte oposición de los gobiernos locales y los residentes de Okinawa, que han solicitado que la base sea trasladada fuera de las islas que forman la provincia, informó la agencia local Kyodo.

Futenma se encuentra en plena zona urbana de la localidad de Ginowan, completamente rodeada de viviendas y edificios públicos, y ocupa cerca de 480 hectáreas, un cuarto del territorio de la ciudad, con cerca de 90.000 habitantes.

Según el pacto bilateral firmado en 2006 con EEUU, la reubicación de Futenma, estipulada para 2014, se establecerá en la bahía de Henoko (Nago), en una zona al norte adyacente a otras dos bases militares con tropas de tierra de los marines.

Además, la reubicación de la base de Futenma es una condición previa para el traslado de un contencioso militar estadounidense de cerca de 8.000 soldados de Okinawa al territorio estadounidense de Guam.

La visita de Noda se produce una semana después de que el ministro nipón de Defensa, Naoki Tanaka, viajó a Okinawa con el mismo propósito y se reunió también con Nakaima.

Tras el encuentro, el gobernador de Okinawa reiteró la necesidad de que la base se traslade fuera de la isla y criticó el impacto medioambiental que el plan tendrá para la zona de Henoko, ya que implicará la construcción de nuevas instalaciones y dos grandes pistas de aterrizaje.

Las islas de Okinawa albergan más de la mitad de los cerca de 48.000 soldados que Estados Unidos mantiene en Japón tras la II Guerra Mundial y el 75 por ciento del cerca de centenar de instalaciones militares estadounidenses en el archipiélago.