Santiago de Chile, 24 feb (EFE).- La región chilena de Aysén vivió hoy otra jornada de violencia en medio de un cruce de acusaciones entre el Gobierno y portavoces del movimiento ciudadano que reclama mejores condiciones de vida para los vecinos de la zona.

Unos 400 manifestantes cargaron hoy contra efectivos del cuerpo de Carabineros que protegían el Puente Ibáñez, que separa las dos localidades más importantes de la zona, Puerto Aysén y Coyhaique, y lograron sacarlos del viaducto.

Los Carabineros se defendieron con carros lanza agua y gases lacrimógenos, aunque se vieron superados por los manifestantes.

En Santiago, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, afirmó hoy que a algunos dirigentes del movimiento ciudadano de Aysén "se les ha pasado la mano".

Por su parte, Iván Fuentes, portavoz del Movimiento Social por Aysén, dijo a Efe que el Ejecutivo chileno ha enfrentado de un modo "muy irresponsable" el conflicto que estalló el lunes de la semana pasada en esa región, situada a 1.670 kilómetros al sur de Santiago.

"Yo quiero liderar una movilización tranquila, pero el Gobierno le echa bencina al fuego y eso enardece a la gente", dijo Fuentes, dirigente de los pescadores artesanales de la localidad de Puerto Aysén.

"La región está movilizada y el Gobierno ha intentado de todas formas dañar y ningunear (menospreciar) este movimiento continuamente", recalcó Fuentes.

Los pescadores fueron unos de los primeros en alzar la voz por las difíciles condiciones de vida en esa región, enclavada en una zona de la Patagonia de difícil acceso, aunque con el paso de los días se sumaron al movimiento dirigentes de organizaciones ambientalistas, sindicales y vecinos comunes.

Los líderes de la comunidad protestan por el elevado coste de la vida, la mala atención en salud y la falta y el alto precio de los combustibles.

Estas demandas y otras fueron recogidas en un documento que fue entregado el lunes pasado a los ministros de Salud y Transporte, que viajaron a la zona.

Desde que empezaron las movilizaciones, los caminos que unen las principales ciudades de Aysén se encuentran cerrados por las barricadas, fogatas y árboles que han sido cruzados en las vías.

El tránsito de camiones de carga está bloqueado y los aeródromos de la zona han sido tomados pacíficamente en varias ocasiones.

El lunes pasado, cuando el presidente Sebastián Piñera envió a Aysén a los ministros de Salud y Transporte para dialogar con los dirigentes sociales de la región, éstos solicitaron la presencia de otros ministros con mayor poder de acción sobre sus demandas, como el de Hacienda, Economía o Energía.

Tras la breve visita de los ministros, el Ejecutivo chileno decidió que la intendenta (gobernadora) de la región de Aysén, Pilar Cuevas, fuera la encargada de liderar las negociaciones.

Ésto cayó como un balde de agua fría en Aysén, donde se interpretó como una muestra de la falta de interés del Gobierno para resolver el conflicto, dijo Fuentes a Efe.

"Vamos a seguir comunicados con el gobierno regional, pero para nosotros es válida una autoridad que venga del gobierno central", señaló el portavoz del Movimiento Social por Aysén, quien agregó que las movilizaciones seguirán en pie mientras no haya avances "significativos".

"La región lleva 25 años poniendo la mejilla una y otra vez. No estamos dispuestos a ésto, queremos negociar. No es posible que en el siglo XXI un lugar tan apartado como el nuestro no tenga ni una universidad", indicó.

A pesar de que la mayoría de manifestaciones y tomas de espacios públicos han sido pacíficas, también se han registrado violentos enfrentamientos entre ciudadanos y la policía, episodios que se han agravado en las últimas horas.

Las escaramuzas, que han dejado varios detenidos y una veintena de heridos, se han concentrado en Puerto Aysén y Coyhaique.

Según los reportes de medios locales, los manifestantes lanzaron hoy piedras y cócteles molotov a Carabineros (policía militarizada), que repelió los ataques con carros lanza aguas y balines de goma.

Otro episodio que ha enrarecido el ambiente ha sido el fallecimiento de un vecino de 55 años, aquejado de una enfermedad renal terminal, mientras esperaba la llegada de una ambulancia el jueves de madrugada.

El ministro de Salud, Jaime Mañalich, dijo que la ambulancia no llegó a tiempo para atender al enfermo por culpa de las barricadas que interrumpían el tránsito, pero el secretario regional del Ministerio de Salud, Pablo Mardones, lo descartó.

También descartaron la tesis de Mañalich los familiares del fallecido, quienes explicaron que se trató de una muerte natural y aseguraron que había una ruta disponible para trasladar a su pariente al hospital en el caso de que la ambulancia hubiera llegado al domicilio.