México, D.F.- La insatisfacción sexual de los mexicanos ha quedado al desnudo con las reveladoras cifras del estudio “Sexualidad e inteligencia erótica de los mexicanos” elaborado por la Asociación Mexicana de Agencias de Mercado e Investigación (AMAI).

El 76% de los mexicanos (hombres y mujeres) no hacen “nada especial” previo a un encuentro sexual y en promedio el último ocurrió 24 días antes.

Cifras como esta es una señal de alerta para las autoridades, organizaciones sociales y medios de comunicación para “dar más información, pero no aburrida (…) los entrevistados están deseosos de vivir con mayor plenitud esta etapa de su vida” remarca Claudia Herrera Beltrán para La Jornada.

El estudio, elaborado por 35 empresas encuestadoras, será presentado hoy en un congreso por Gabriela de la Riva, presidenta de la AMAI.

Metodología

Durante seis meses, se entrevistó a 7 mil personas en las ciudades de México, Guadalajara, Veracruz, Puebla y Mérida.

Partiendo de investigación de sicólogos y sexólogos las cuales concluyen que la dimensión erótica de cada personas está “determinada por su coeficiente de inteligencia sexual, que constituye una parcela de su capacidad intelectual”.

El erotismo en un segundo y lejano lugar

“La tendencia de los entrevistados es asociar el acto sexual a sus órganos genitales y dejaron en segundo lugar el aspecto del erotismo”.

Cómo señaló un varón “todo mi poder está en el pene”. Una mujer dijo “lo controlo a través del pene”.

El problema de los mexicanos es que se saltan las frases del erotismo. “del coqueteo pasan al contacto de los genitales y dan poco espacio a las caricias o a los besos”

“A partir de esto, las mujeres se quejan de vivir violencia en sus relaciones”

¿Qué fantaseamos? ¿Por qué nos limitamos?

Con lo que más fantasean los mexicanos para salir de la rutina es con tener una ducha o baño de regadera, después con la conversación, saludar de beso, abrazar, caminar en la playa, disfrutar el aroma de la lluvia y, como últimas opciones, se plantean una cena íntima o ver una puesta de sol. Leer un poema romántico es lo último que se plantearían.

Como esto casi no ocurre en los estudios de enfoque, una mujer se queja: me gustaría tener pláticas íntimas, lástima que a mi esposo no le gustan. Me salió muy callado. Una joven añade: si soy muy sensual me confunden con prostituta. ¿Hacer juegos sexuales? No, es la madre de mis hijos, responde un hombre.

De acuerdo con el previo publicado por La Jornada, la escasa información, el estrés, la falta de tiempo, el cansancio físico o el miedo al rechazo o crítica de la pareja así como la falta de dinero inhiben la vida sexual plena.

“Sicólogos y sexólogos han comprobado que a mayor plenitud sexual las personas son más sanas o equilibradas en el plano emocional” concluye la AMAI.