Rabat, 26 feb (EFE).- La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, dio hoy un doble espaldarazo a Marruecos al alabar repetidamente el proceso de reformas políticas emprendidas por el rey Mohamed VI y el plan marroquí de autonomía para el Sáhara.

Clinton comenzó la jornada con el ex ministro de Exteriores y hoy consejero real, Tayeb Fassi Fihri, y continuó con su sucesor, el islamista Saaededín al Otmani, antes de dirigirse a presidir la ceremonia de puesta de la primera piedra de la nueva embajada estadounidense en Rabat, que será inaugurada en 2015.

Todo fueron alabanzas a "la vía marroquí" de las reformas, y si hubo alguna crítica o sugerencia de tipo político, no apareció en ningún momento en sus declaraciones públicas, tanto en la rueda de prensa con su homólogo Otmani como en el discurso pronunciado en el terreno de la nueva embajada.

En este último llegó a decir que "Marruecos lidera el proceso (de reformas) en todo el Magreb, el Medio Oriente y aun más allá", con un proceso "que está llegando orgánicamente desde dentro, no es nada importado ni impuesto, llega gracias al pensamiento y el trabajo duro que empieza en el rey Mohamed VI y baja hasta los hombres y mujeres que fueron a votar" en las legislativas de noviembre.

Varios ministros, islamistas y de otros partidos, estaban en primera fila escuchando las palabras de Clinton, que no ahorró alabanzas incluso para con la belleza de las ciudades marroquíes, mezcladas con constantes señales de respaldo político.

"Estamos muy emocionados por lo que estamos viendo aquí, y quiero que sepáis que podéis contar con vuestro amigo en el siglo XXI como nosotros contamos con vosotros en el XVIII", en alusión a que Marruecos fue el primer país en reconocer la independencia de Estados Unidos.

Clinton reconoció implícitamente el clima de apertura económica en el país y anunció para la próxima primavera la celebración en Marruecos de un gran evento de promoción de la libre empresa para conectar a inversores, investigadores, pioneros y jóvenes.

Todo este discurso contrasta fuertemente con las críticas más o menos veladas, expresadas ayer en el país vecino, Argelia, donde Clinton subrayó la necesidad de potenciar tanto la libre empresa como la sociedad civil en un país donde una y otra tienen poco espacio frente el enorme peso del aparato del Estado.

Si la jefa de la diplomacia estadounidense se reunió tanto en Túnez como en Argelia con miembros de la sociedad civil, esa reunión fue cancelada en Marruecos tras figurar en el programa previo, y las personalidades culturales, feministas, juveniles o deportivas fueron simplemente invitadas a contemplar el acto de colocación de la primera piedra.

Pasando por alto el hecho de que el nuevo gobierno marroquí solo cuenta con una mujer a la cabeza de las 31 carteras existentes, Clinton prefirió destacar que "hay más mujeres en el parlamento marroquí, en un porcentaje similar al de nuestro país".

En resumidas cuentas, los elogios al "camino marroquí" fueron constantes, al igual que los mensajes de apoyo: "Estamos con vosotros en este viaje, y ahí estaremos mientras elegís vuestro propio camino".

Clinton aún tuvo otro claro gesto de apoyo a Marruecos, al declarar que su plan de autonomía para el Sáhara Occidental es "serio, realista y creíble" pese a ser rechazado por una de las partes en conflicto, el independentista Frente Polisario.

La secretaria de Estado estadounidense llegó a decir que este plan -única salida propuesta por Marruecos, que se niega a ofrecer la opción de independencia en un eventual referéndum de autodeterminación- "responde a las necesidades del pueblo saharaui para gestionar sus asuntos y vivir con dignidad y en paz".

Precisamente la Asociación Saharaui para la Defensa de Derechos Humanos (ASADEDH) pidió ayer a Clinton que en su visita a Marruecos intercediera a favor de una solución al problema del Sahara Occidental "en que se respete la voluntad del pueblo saharaui" y en favor de la liberación de los 23 presos políticos saharauis en cárceles marroquíes.

La próxima ronda de conversaciones informales entre Marruecos y el Frente Polisario tendrá lugar en Manhasset (afueras de Nueva York) entre el 11 y el 13 de marzo, bajo auspicios de la ONU, pero el pesimismo reina sobre ellas al no haberse movido un ápice las posturas de ambas partes.

Javier Otazu