Naciones Unidas.- Más de mil millones de niños viven en zonas urbanas en el mundo, de los cuales 200 millones menores de cinco años no alcanzan a desarrollar su potencial cognitivo debido a la falta de oportunidades, según reveló hoy un estudio de Unicef.

De acuerdo con el "Estado mundial de la infancia 2012: Las niñas y los niños en un mundo urbano", publicado este martes, el proceso de urbanización global ha excluido de los servicios vitales a cientos de millones de niños y niñas en las ciudades y los pueblos.

"Hoy en día, un número cada vez mayor de niños y niñas que viven en tugurios y barrios marginales se cuentan entre los más vulnerables y desfavorecidos del mundo. En efecto, no tienen acceso a los servicios más básicos ni gozan del derecho a prosperar", dijo Anthony Lake, director de Unicef.

El funcionario explicó que la exclusión que sufren los niños en zonas urbanas precarias les niega la oportunidad de desarrollar plenamente su potencial, además de que priva a sus sociedades de los beneficios económicos que supone una población urbana saludable y bien educada.

El informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estableció que cerca de 2.5 millones de personas realizan trabajos forzosos, de los que entre el 22 y el 50 por ciento son niños.

Sin ser víctimas de la trata, unos 215 millones de niñas y niños entre cinco y 17 años fueron sometidos al trabajo infantil en 2008, además de que 115 millones de ellos realizan trabajos peligrosos.

Las estimaciones también sugieren que decenas de millones de niños y niñas viven o trabajan en las calles de las ciudades grandes y pequeñas del mundo, un número que va en aumento debido al crecimiento de la población mundial, la migración y la creciente urbanización.

El documento indicó que casi ocho millones de niños murieron en 2010 antes de cumplir cinco años, la mayoría de ellos debido a la neumonía, la diarrea o a complicaciones durante el parto, que aumentan en zonas urbanas marginadas por la deficiencia de los servicios.

En numerosas regiones, la infraestructura y los servicios no guardan proporción con el crecimiento urbano, y no satisfacen las necesidades básicas de los niños, estableció Unicef.

El informe resaltó la contribución para disminuir la marginación infantil del programa mexicano Oportunidades, que impulsó el uso de dinero en efectivo para alentar a las familias más pobres a mandar a sus niños a la escuela.

"Este programa, cuya escala se ha ampliado tanto en las zonas rurales como urbanas, ha constituido una valiosa experiencia para los países que han seguido el ejemplo de México", enfatizó Unicef.