México, 17 Ene. (Notimex).- Especialistas de la Unidad Azcapotzalco y un equipo de la Unidad Lerma de la UAM crearon un dispositivo, con el fin de reducir al mínimo los contratiempos causados por ponchaduras de neumáticos en el Metro de la ciudad de México.

El director de la División de Ciencias Básicas e Ingeniería de la Unidad Lerma, Homero Jiménez Rabiela, informó que esta investigación ya generó una patente en 2009, otorgada por el Instituto Mexicano de la Protección Industrial (IMPI).

Dicha patente concede el derecho exclusivo de explotación a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), que en diciembre de 2008 firmó un convenio general de colaboración con el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro.

De esa forma esa casa de estudios se convirtió en posible socio empresarial para la comercialización de la protección mejorada en otras ciudades, con dicho sistema de transporte de rodadura sobre neumáticos.

Jiménez Rabiela, encargado de este proyecto, precisó que la comercialización de esta patente implicará un acuerdo previo entre la Gerencia Jurídica del Sistema de Transporte Colectivo Metro y la Oficina del Abogado General de la UAM.

En un año y medio se podría hacer la instalación masiva de ese prototipo en el Metro, por lo cual ahora se mantendrán las que están funcionando y conforme se vayan dañando, serán sustituidas por las nuevas protecciones; esto por razones económicas.

Una vez fabricado el prototipo, será necesario continuar con pruebas en los talleres, laboratorios y líneas del STC Metro, simulando la presencia de usuarios y con neumático ponchado, precisó el investigador en un comunicado.

El prototipo consiste en una escuadra alargada de plástico reforzada con fibra de vidrio que cuenta con tres ejes fijos, para la cual se redujo 30 por ciento el metal utilizado de manera tradicional, lo que reduciría los riesgo de un corto circuito, explicó.

También se redujo el peso del dispositivo, ya que en los primeros estudios éste fue de 36 kilogramos; en 1998 se logró otra reducción a 18 kilogramos y actualmente es de sólo 10 kilogramos, lo que consideró una mejora muy importante dentro de esta investigación.

"Tener una protección de menor peso implica un traslado más rápido de la estación más cercana al lugar del incidente", puntualizó el profesor Homero Jiménez, de la Unidad Lerma.

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