México.- A casi 10 años de que María Guadalupe Ortega Hernández fue reportada como desaparecida, la investigación sigue sin avances y su familia señala que la actuación de las autoridades continúa siendo la misma, con omisiones y falta de diligencias que lleven a saber qué ocurrió el 16 de julio de 2010 en Nezahualcóyotl, Estado de México.
La joven María Guadalupe tenía 16 años cuando fue desaparecida; ese viernes salió de su casa, fue al dentista en la colonia Impulsora cerca de la estación del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro del mismo nombre y luego llegó al domicilio de una tía ubicado en Valle de Aragón.
En entrevista con SDPnoticias, Leticia Hernández, mamá de María Guadalupe, explicó que tras ir al dentista su hija se fue con su tía porque al otro día iban a viajar a Michoacán para acudir a una boda. Sin embargo, la tarde del 16 de julio, la joven salió con un primo de acuerdo con su versión, ella le pidió que la dejara en el metro Impulsora porque iba a regresar a su casa por ropa.

Esto no ocurrió, ese día María no regresó a su casa y el sobrino de Leticia no les avisó que la había dejado en esa zona del municipio de Nezahualcóyotl. Esa fue la última vez que alguien la vio, y ese familiar fue la última persona con quien tuvo contacto la joven pero luego de casi una década, no hay información sobre esta posible línea de investigación.
Los papás de la adolescente de entonces 16 años se enteraron que su hija no estaba con su tía y no había pasado la noche con ellos hasta el 17 de julio, cuando el sobrino se comunicó y les dijo que había dejado a María en el metro. Ahí comenzó la búsqueda y el calvario con las autoridades mexiquenses y federales que se ha extendido.
Recompensa por datos sobre María Guadalupe
“Desde ese día comenzamos a buscarla y ya casi son 10 años de este caminar sin avances ni pistas de lo que le ocurrió a mi hija. La investigación por la desaparición estuvo en Neza al inicio, luego pasó a Toluca y fue en 2013 cuando la atrajo la PGR (ahora FGR)”.
Leticia Hernández, mamá de María Guadalupe
La carpeta de investigación por la desaparición de María se encuentra actualmente tanto en el Edomex como a nivel federal; en las dos, ofrecen recompensa (300 mil pesos local y un millón y medio en la FGR) por información de la joven pero ambas solicitudes no han tenido éxito hasta ahora.
María tenía 16 años cuando fue desaparecida y ahora el pasado 28 de marzo, cumplió 25. Su rostro ha estado en espectaculares por Ciudad Nezahualcóyotl donde las autoridades ofrecen la recompensa por información sobre su paradero pero más avances, la familia no tiene; los trabajos que se realizaron al inicio fueron entrevistas a quienes en ese entonces eran sus compañeros de escuela, pero no hay nada. Del sobrino que la vio por última vez, tampoco han obtenido datos.


A lo largo de 10 años caminando por el caso de su hija, Leticia no a sido revictimizada, pero la denuncia es que no hay nada ni pistas; la lucha de la familia ha sido desde reuniones con funcionarios del Estado de México y también federales, huelgas de hambre y hasta acercamiento a colectivos de personas desaparecidas.
Leticia es ahora miembro de la Red de Madres Buscando a sus Hijas pues considera que el apoyo en colectivo ha sido esencial para resistir en la lucha por buscar y reiteró que “mientras esté viva, seguiré buscando a hija” Sobre el trabajo de las fiscalías, la familia señaló que las omisiones, negligencias e irregularidades siguen siendo igual a pesar del tiempo, los cambios de personal y de administración pública.
“Quiero volver a ver a mi hija”
El próximo 16 de julio se cumplen 10 años sin María Guadalupe Ortega Hernández, la exigencia por justicia no ha cambiado para Leticia: que las autoridades hagan su trabajo, que encuentren a la gente que lleva demasiado tiempo desaparecida y den respuestas a las familias que llevan años caminando.



“Que las autoridades los busquen porque hasta parece que les da flojera revisar las carpetas de investigación con larga data; es triste que no actúen en estos casos que llevan mucho tiempo y siguen iguales, sin nada claro”.
Leticia Hernández, mamá de María Guadalupe

Luego de insistir por años, la mamá de María Guadalupe entendió que desgraciadamente, lo mejor es que las familias trabajen por su cuenta en las búsquedas, marchas, plantones. Ahora, ella usa bastón y tiene otras condiciones de salud que le impiden salir a protestar por lo desgastante de los eventos, pero el apoyo y la resistencia siempre sucede desde casa con el tiempo en lucha.
María estudiaba el bachillerato en el Centro de Estudios Cientificos y Tecnologicos 10 "Carlos Vallejo Márquez" del Instituto Politécnico Nacional; era una alumna con buenas calificaciones y aunque aún no se había decidio por una carrera profesional, tenía planes para su vida. Al momento de su desaparición, ella tenía novio pero de él tampoco obtuvieron información que llevaran a su localización.
“Tantos años que luego ya no se sabe que contar, lo que yo quiero es volver a ver a mi hija y también de lo que me he dado cuenta es que a pesar del tiempo, la actuación de las autoridades sigue siendo la misma, siguen siendo los mismo problemas: falta de trabajo, falta de personal y falta de capacitación en materia de personas desaparecidas”.
Leticia Hernández, mamá de María Guadalupe