México.- El turismo en los canales de Xochimilco ha caído hasta 80 por ciento luego de que a principios del mes de septiembre se ahogara un joven que festejaba su cumpleaños.

De acuerdo con un reportaje de AFP, el vendedor de elotes en trajinera Noé Carmona, se quejó que anterior a la tragedia podía vender hasta 2 mil pesos al día, mientras ahora lo máximo son 300 pesos, por lo que ha comenzado a pensar en la búsqueda de un trabajo fijo temporal para enfrentar la baja en su economía.

En el mismo sentido se ha pronunciado la vendedora de dulces Isabel Chávez, quien percibe una caída de visitantes que se ve reflejada en la reducción de hasta 90 por ciento en sus ventas.

Los canales de Xochimilco atraen a un millón de visitantes al año y las fiestas con música, comida y bebida a bordo de las trajineras se convirtieron en una tradición que ahora está siendo regulada por las autoridades de la alcaldía ubicada al sur de la Ciudad de México, en específico impusieron el uso de chalecos salvavidas a los pasajeros y un límite de consumo de alcohol por persona.

Sin embargo, la regulación impuesta por la Dirección General de Turismo y Fomento Económico de Xochimilco sólo se ha visto reflejada en el papel, porque sólo se han entregado 116 salvavidas para las mil 100 trajineras.

Pese a todo, los turistas no han regresado a la zona, lo cual el director de Turismo y Fomento Económico, José Zaldívar, adjudica a la difusión del video del ahogamiento del turista oriundo de Puebla.

"Fue el asunto del video, y las redes sociales acabaron con todo esto. Hay ahogados en albercas, hay ahogados en playas y esto no genera ruido"

José Zaldívar

Lo cierto es que las medidas de control para evitar las tragedias a bordo de las trajineras no son suficientes, primero porque el número de chalecos es insuficiente, en una trajinera para 18 personas sólo se dispone de 2, mientras la regulación del consumo de alcohol es muy difícil.

Las autoridades incrementaron los patrullajes en los canales de Xochimilco a raíz del deceso, sin embargo, Zaldívar reconoce que se apoyan sobre todo en las buenas intenciones de los visitantes: "Es imposible tener mil 100 supervisores para todas las trajineras”.

Los turistas consideran que las medidas de seguridad socavan la libertad que había caracterizado a los canales, pero los vendedores son ambivalentes: algunos las consideran buenas, pero insuficientes y proponen incluso cursos de Protección Civil. Sin embargo, los vendedores de alcohol consideran que el consumo es responsabilidad de quién lo ingiere.