Ciudad de México.- Monserrat  escogió el arte como una forma de vida, ella sabe que compartir cultura, no es un delito.

Tiene 22 años y esta por concluir la licenciatura en Literatura Dramática y Teatro por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y a la par estudia música en la Escuela de Iniciación Artística número 2 del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Cada fin de semana toma su violonchello, su atril, unas carpetas con partituras y acude a la esquina de la calles 16 de septiembre y Palma, en el Centro Histórico, en compañía de tres de sus amigas, para ofrecer música a los peatones que transitan por el primer cuadro.

Todas ellas se hacen llamar Dolcissimo  e integran este ensamble femenino de cuerdas, son estudiantes que practican en sus ratos libres.

La joven sabe bien que expresarse no debe de ser penalizado, mucho menos tocar un instrumento en las calles, pero, explica que existe un vacío legal y este es ocupado por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, para extorsionar o para arrestar a quienes no tienen un permiso o documento que ampare su permanencia en algún sitio.

Ella detalla que en el caso de los músicos, este oficio no existe, pues no realizan comercio en la vía pública y no lucran con este espacio, no obstante es habitual, que los oficiales lo soliciten para fundamentar alguna detención de artistas que ejercen sus funciones en las aceras.

Así le sucedió este domingo, antes de los festejos a la Virgen de Guadalupe. 

Ella cuenta que mientras ofrecían un recital, elementos antimotines con escudos dependientes de la SSP capitalina, implementaron un amplio dispositivo para  trasladarlas al Juzgado Cívico por “obstruir la vía pública” y “realizar comercio sin permiso oficial”

La instrumentista señala que el grupo femenino de cuerdas Dolcissimo intento dialogar con los uniformados para conocer el fundamento legal del operativo, pero ellos no ofrecieron explicación alguna.

“Los policías no razonan, les preguntamos: ¿Bajo que argumento legal no podemos estar aquí? Y ellos nos dijeron `Porque están lucrando con su trabajo' pero en realidad nosotros no tenemos una tarifa, la gente nos regala una moneda y el dinero es bienvenido.” señala.

Después simplemente recuerda una voz de mando que gritó:  “¡Procedan!”, lo que siguió fue policías tomando atriles, carpetas con notas musicales e intentando incautar violonchelos, pero son enormes, por eso desistieron, pero eso no impidió que policías antimotines varones y mujeres la sometieran, ella comenta que evitó oponerse al arresto.

Si voy, yo copero pero no me lastimes” grito ante el maltrato que padeció; no obstante las oficiales continuaron con golpes mientras era custodiada por policías con escudos.

A  pregunta expresa responde:  “Sí fui víctima de abuso sexual”

En ese momento, detalla, muchas personas reclamaron por la detención, e intentaron liberarla, entonces resistió el arresto, evitó subir a la patrulla, adentro dos oficiales más jalaban sus piernas.

Al final, los peatones, la liberaron, pero comenta que los oficiales les incautaron unas partituras y atriles, el argumento de los policías parece ser sencillo: “Tenemos la orden de limpiar la ciudad”, han llegado a decir.

Ella comenta que prepara ya algunos oficios para entregarlos a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal para iniciar una queja por la agresión que padeció y ante la Fiscalía de Servidores Públicos.