Ciudad de México.- La Central de Abasto de la Ciudad de México invita a consumir sandía, que es una fruta deliciosa, nutritiva y muy refrescante que se puede preparar en agua, jugos, cócteles, como postre, en nieves, ensaladas y también en algunas bebidas, o bien, puede comerse simplemente en rebanadas.

En la CEDA, la sandía se comercializa al menudeo en la Nave I-J y al mayoreo en la M-N, U-V, S-T y W-X.

Los estados con mayor producción son Sonora, Jalisco, Veracruz, Chihuahua, Colima, Nayarit, Guerrero, Sinaloa, Coahuila y Campeche. En nuestro país hay sandía todo el año, porque se cosecha desde el norte hasta el sur del territorio nacional.

Con relación a las variedades, las que más se siembran en México son: Peacock Improved o sangría y se reconoce porque la cáscara es de color verde oscuro; Charleston Gray, por su cáscara verde claro y la Jubilee, por su cáscara con rayas verde oscuro; además de la Valdoria, una nueva variedad que es redonda y pesa no más de dos kilos.

Según la variedad, la cáscara de la sandía puede ser completamente verde o tener rayas amarillentas o grisáceas. La pulpa también es de diferentes colores: roja, rosada o amarilla. Hay variedades de sandía sin semillas y otras con semillas negras o blancas; en cuanto al peso, una sola llega a pesar hasta 15 kilos.

En el caso de la sandía roja, su pulpa se debe a la presencia del pigmento licopeno, sustancia con capacidad antioxidante; es decir, retrasa el envejecimiento celular, labor que se ve apoyada por sus aportes de vitaminas A, C, E y del grupo B.

Por la cantidad de agua que contiene, la sandía promueve la expulsión de orina y con ella sustancias de desecho; por su bajo contenido calórico es muy adecuada para dietas de adelgazamiento y recomendada para enfermos del corazón y con bronquitis crónica; además, controla los gases intestinales y reduce la anemia.