Moscú.- Un juez ruso declaró el viernes culpables de vandalismo a las tres integrantes de la banda de rock punk Pussy Riot, en uno de los procesos judiciales más seguidos en la historia reciente de Rusia.

El magistrado dijo que las integrantes de la banda cometieron el delito impulsadas por su intolerancia religiosa, ofendiendo a muchos creyentes.

Celebridades como Paul McCartney, Madonna y Bjork han pedido a las autoridades rusas que liberen a las artistas.

Las tres fueron detenidas en marzo tras una actuación en la principal catedral moscovita, donde pidieron a la Virgen María que proteja a Rusia del presidente Vladimir Putin, quien pocos días después fue elegido para un nuevo mandato como mandatario.

El caso ha atraído atención internacional, como un ejemplo de la intolerancia del gobierno ruso ante la disidencia. También destaca la gran influencia de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Aunque la Iglesia y el Estado están separados formalmente, la Iglesia se identifica como el corazón de la identidad nacional rusa y los críticos dicen que su fuerza efectiva la convierte en una entidad de cuasiestado.

Simpatizantes de la banda en más de tres decenas de ciudades en todo el mundo organizaron protestas el viernes, que se realizaron desde antes de la sentencia.

Los fiscales han pedido tres años de cárcel, frente a la posible pena máxima de siete años, y el propio Putin ha dicho que espera que la sentencia no sea "demasiado severa".

El caso ocurre luego de la aprobación reciente de varias leyes para acallar a la oposición, entre ellas una que elevó 150 veces la multa por participar en manifestaciones no autorizadas, a 300.000 rublos (unos 9.000 dólares).

Otra de las medidas obliga a aquellas organizaciones no gubernamentales que participen en ciertas actividades políticas vagamente definidas y que reciban fondos del extranjero a que se registren como "agentes extranjeros".