El gobierno de Estados Unidos exigirá a todos los solicitantes de una visa de inmigrante contar con un seguro médico o comprobar que pueden costearse uno, a fin de que no se conviertan en una “carga” para el sistema de salud local.

El presidente Donald Trump firmó el 4 de octubre pasado una proclama en la que se establece la medida, que entrará en vigor a partir del próximo 3 de noviembre y que se instala en un endurecimiento sistemático de las políticas migratorias en la Unión Americana iniciado con la llegada del republicano a la Casa Blanca.

El documento señala que la entrada de migrantes puede convertirse en un problema para el sistema de salud, algo que “va en detrimento de los intereses de Estados Unidos, y que su entrada debe estar sujeta a ciertas restricciones, limitaciones y excepciones”.

Esta medida no afectará a quienes ya cuenten con la tarjeta de residencia permanente (green card) o una visa de migrante vigente, así como a las personas que buscan entrar al país como refugiadas.

Nueva política migratoria entrará en vigor el 3 de noviembre

A partir del próximo 3 de noviembre, los solicitante de una visa de inmigrante deberán comprobar ante el gobierno de Estados Unidos que pueden costearse un seguro médico o que algún familiar residente en el país puede incluirle en su plan de cobertura.

En la exposición de motivos que hizo la Casa Blanca para justificar la medida se señala que los hospitales suelen proveer atención a personas no aseguradas “sin ninguna esperanza de recibir un reembolso de ellos”.

Esto significa que el costo de la atención médica al final recae en el contribuyente estadounidense.

Si bien el sistema de salud estadounidense "enfrenta desafíos causados por la atención médica no compensada", la Casa Blanca consideró que la situación empeora "al admitir a miles de extranjeros que no han demostrado ninguna capacidad para pagar sus costos de atención”.

Con información de Univisión, CNN y The New York Times