México, 16 Ago. (Notimex).- La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA por sus siglas en inglés) enfrenta una crisis de combustible “espacial”, ya que las reservas de plutonio-238 en Estados Unidos y Rusia están a punto de llegar a su fin, lo que imposibilitará las misiones que realiza la agencia espacial estadounidense.

 

Este combustible, que genera cerca de medio vatio, sigue siendo el más eficaz para alimentar naves espaciales. No obstante, su producción en Estados Unidos, concluyó en 1998, lo que orilló a la famosa agencia espacial a adquirir este producto en Rusia.

 

El problema se presentó en 2009, año en el que Rusia experimentó una drástica reducción de sus reservas de plutonio, por lo que aumentó los precios de este combustible por encima de los 6 millones de dólares por kilo, cantidad que resulta imposible de solventar de acuerdo con el presupuesto con el que cuenta la NASA, informó el portal “actualidad.rt.com”.

 

La solución, aseguran los expertos, podría ser restablecer la producción de plutonio-238, sin embargo, esta no es una tarea sencilla, ni barata, ya que tendría una costo de 100 millones de dólares, cantidad que de acuerdo con la agencia espacial no está dispuesto a patrocinar el Parlamento nacional.

 

Otro posible remedio es el uso de combustible de litio en una mezcla con dióxido de carbono para los motores de Stirling, puesto que colocar baterías solares en la superficie de Venus, donde la atmósfera es 100 veces más densa que en la Tierra, no arrojaría resultados favorables, señala la NASA.

 

El problema aseguran los que saben es que además de Venus, tal alternativa sería aplicable sólo en Marte y con una dificultad: la poca densidad de la atmósfera de este planeta que obligará a desarrollar una bomba para obtener las cantidades necesarias de hidrógeno, en caso contrario habrá que reducir la potencia de la planta propulsora Stirling.

 

La tercera solución es producir plutonio-238, pero para tal caso, los especialistas del Centro de Estudios Espaciales Nucleares ofrecieron a la NASA un método más barato y simple que propone prescindir de cargar un reactor nuclear con neptunio-237 durante un año.

 

Bajo este efecto los neutrones generarán el plutonio-238 para después sacarlo de allí mediante complejos procedimientos químicos.

 

Tal tecnología abarataría la producción de plutonio-238 en unos 50 millones de dólares. Sin embargo, persisten preocupaciones de carácter político, ligadas al problema de la no proliferación.

 

Hasta ahora no se ha dado a conocer qué variante preferirá el Gobierno estadounidense y la NASA, dada también la escasez de plutonio-237 en Rusia.