México.- El científico brasileño David Lapola advirtió que la siguiente gran pandemia podría iniciar en el Amazonas si el humano sigue arrasando con la mayor selva del mundo, la cual se extiende por nueve países sudamericanos.

En declaraciones a la agencia francesa AFP, Lapola señaló que “la Amazonía es un gran recipiente de virus” y con la constante alteración del ecosistema “estamos poniendo a prueba nuestra suerte”.

“Cuando generas ese desequilibrio ecológico, alteras esas cadenas y en ese momento puede ocurrir el salto del virus” de animales a humanos”, explicó, destacando que ya se tiene experiencia en el pasado con los casos del VIH, el Ébola y el dengue, todos surgidos en bosques tropicales.

“Es una relación histórica, fueron todos virus que se diseminaron de forma muy grande a partir de desequilibrios ecológicos”.

David Lapola

La Amazonia es la mayor selva del mundo y, pese a la deforestación que ha sufrido en las últimas décadas, abarca más de 7 millones de kilómetros cuadrados; para dar una idea del tamaño descomunal de este ecosistema, la extensión total de México es de un poco menos de 2 millones de kilómetros.

La siguiente pandemia podría venir del Amazonas, advierten expertos

David Lapola agregó que los murciélagos ya han transmitido a los humanos otros virus de la familia del coronavirus generando epidemias, como el SARS de 2002 que infectó a unas 8 mil personas, o el Síndrome Respiratorio de Medio Oriente (MERS, por sus siglas en inglés) que contagió a 2 mil 500 personas, de las cuales unas 850 murieron.

Esta propagación se ha dado principalmente en el sur de Asia y África, pero el Amazonas tiene una biodiversidad que lo convierte en “el mayor repositorio de coronavirus del mundo”.

Sin embargo, advirtió que la culpa no es de de los murciélagos ni mucho menos es razonable salir a exterminarlos sino, por el contrario, preservar su hábitat para minimizar su interacción con humanos.

Finalmente, urgió a los gobiernos de los países amazónicos, especialmente de Brasil, a “refundar” la relación con la selva y terminar con la deforestación, que en los primeros cuatro meses de este año ascendió a mil 200 kilómetros cuadrados.