Las ratas y los roedores en general tienen pésima reputación entre los humanos, se les tacha de criaturas sucias y desagradables, sobre todo por su papel en la transmisión de enfermedades, sin embargo, en Mozambique estos animales podrían representar una ayuda médica de importancia para los ciudadanos de dicho paía.

La organización Apopo emplea y entrena ratas gigantes africanas para fines benéficos, el primero de ellos fue para la detección de minas mediante su olfato, sin embargo, ahora trabajarán para la detección de tubercolosis en las personas.

El 24 de marzo se celebra el Día Mundial de la Tuberculosis y la empresa con sede en Bélgica detalló que de acuerdo con las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante 2013 se registraron 1.5 millones de muertes en el mundo por dicha enfermedad.

El entrenamiento de cada roedor cuesta 6 mil euros y la organización se ha mantenido a flote por casi ocho años; la inversión no es descabellada debido a que el costo es inferior al de un diagnóstico normal en un país donde habitan cerca de 60 mil personas infectadas con tuberculosis y uno de cada 10 también es VIH positivo.

La ventaja de las ratas gigantes es que es un recurso natural del país que evita el traslado de tecnología costosa y con ello, el desembolso de una cantida mayor para implementar un tratamiento.